Murthy limpia su imagen

«Me la esperaba mucho más difícil». Anil Murthy respiraba tranquilo cuando terminó la Junta de accionistas del año pasado. El presidente del Valencia reconocía en la misma puerta de la entrada a la sala donde se celebró la asamblea y en tono pausado que sabía lo que le iba a venir encima y que estaba preparado para ello. El cambio de poderes –tras la salida de Layhoon– no había suavizado el roce que tenían y todavía siguen teniendo los accionistas con Meriton. Desde que Amadeo Salvo desapareció de la escena, Lim no tiene red que amortigüe los vaivenes. El problema para el presidente es que un año después de aquella pasada cita, el desgaste que ha sufrido ante los accionistas todavía es mayor. A menos de un mes para la celebración de una Junta, Murthy da la sensación de haber iniciado una estrategia para reforzar de alguna forma no sólo el papel de Peter Lim en el club sino también su propia imagen, bastante deteriorada no sólo por la destitución de Marcelino o por su gesto de mandar callar a la grada, sino sobre todo por la salida de Mateo Alemany. Meriton está hoy por hoy en los niveles de popularidad más bajos desde que aterrizó en la sociedad hace ahora cinco años. Pese a que la marcha en la Liga el equipo parece entonarse y en la Liga de Campeones se vislumbra un futuro bastante interesante, Peter Lim desde la distancia puede experimentar la Junta más incómoda desde el punto de vista del respaldo popular. A la hora de votar, no hay desde luego ninguna duda. Meriton actuará como una apisonadora, pero otra cosa será el tono de las intervenciones. Desde que Lim compró el paquete accionarial, muchos de los accionistas se sirven del hecho de que sus votos no sirven para nada para no acudir a la convocatoria. Cada vez despiertan menos expectativas este tipo de encuentros.

Para evitar el tiroteo constante que se sometía desde hace algunos años a los diferentes consejos de administración y teniendo en este caso en cuenta el choque de culturas y maneras de pensar con la gente de Singapur, Meriton accionó ya el pasado año la limitación del tiempo de las intervenciones, agradecida por unos pero criticada por otros. Es cierto que por un lado se gana agilidad –la próxima puede ser la más breve de la historia– pero por otro se aleja del tono que suele gustar –y también divertir– al aficionado valencianista de a pie. No son muchas las oportunidades que los accionistas tienen de expresar con voz y cara a cara lo que piensan a los representantes de Lim, que volverán a sentarse en la mesa con pinganillo y con la duda siempre de saber si los ojos cerrados de alguno van más allá de la simple concentración por lo que escuchan.

Sólo con este previsible entorno fastidioso para Murthy se entienden las palabras que este viernes tuvo con los empleados en la ciudad deportiva de Paterna. Si en el primer gran cónclave que se celebró en Mestalla con todos los trabajadores (8 de octubre), el mensaje que lanzó fue principalmente para reforzar la imagen de Peter Lim además de intentar –no lo consiguió– calmar la inquietud general y evitar que siguiera perjudicándole el asunto del no patrocinio a la campaña benéfica que promovía Santiago Cañizares, hay algunas frases de las que dijo esta vez el presidente que le benefician también personalmente. Además de insistir hacia los trabajadores de que la gestión de Meriton cuenta con el aplauso de la propia UEFA, les mostró su satisfacción por el trabajo que están haciendo y les avanzó que este tipo de jornadas de convivencia se van a repetir.

Ya lo dijo Mateo Alemany en su despedida : había fallado la comunicación con Lim porque ni era fluida ni directa. Eso deja en mal lugar precisamente a los intermediarios, en este caso a Anil Murthy y a Kim Koh, los dos consejeros que desde ahora pasarán a cobrar del Valencia. Sin duda, el tema del sueldo será uno de los puntos que más agitación pueden provocar en la tarde del 13 de diciembre. A Llorente se le criticó siempre por su salario. A Salvo no.