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La holandesa de la eterna sonrisa

La holandesa de la eterna sonrisa

Mandy van den Berg afronta la última fase de recuperación tras romperse el cruzado | La zaguera del Valencia comentó el Mundial para los Países Bajos y considera que el fútbol femenino ha de crecer en toda su estructura

Lourdes Martí

Valencia

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Miércoles, 6 de noviembre 2019

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«La vida puede ser maravillosa», insistía el fallecido Andrés Montes en cada narración. Pero quienes conocen a Mandy van den Berg (29 años) bien podrían pensar que fue ella la que acuñó esa frase. La defensa del Valencia CF femenino es positivismo puro. La excapitana de la selección de los Países Bajos se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda en marzo de 2018. «Desde aquel día he estado trabajando sola en el gimnasio. Ahora estoy feliz porque empiezo a hacer un poco de trabajo de campo. La parte positiva de mi lesión fue que desde un principio sabía que iba a necesitar un periodo largo de recuperación. Todavía me quedan unas semanas y la paciencia es importante», afirma. Esta lesión le ha dejado una marca en forma de cicatriz en su rodilla intervenida y una experiencia de la que asegura salir «más fuerte».

Fue capitana de la Holanda campeona de Europa en 2017. Aquella final fue vista en los Países Bajos por 4,1 millones de espectadores de media. Nunca se iba a imaginar Mandy que tres años después, en el Mundial más mediático de la historia, ella iba a ponerle voz a los partidos de su selección. «Estaba lesionada y la televisión de mi país me propuso comentar los partidos para ellos. Me sentí muy bien, cómoda y aunque fue más complicado de lo que pensaba porque tuve que estudiarme muy bien a las rivales, es algo que me gustaría repetir», reflexiona la futbolista valencianista. Como comentarista se sintió «más cerca» de sus excompañeras: «Al menos no estaba en casa viéndolas sentada en el sofá. Pensaba que así podía hacer algo por mi selección».

Mandy afronta la vida con una sonrisa que se encarga de contagiar a quienes tiene a su alrededor. Cada vez que puede extiende el círculo. Lo hace a través de la solidaridad. De esto último son responsables sus padres. «Siempre nos han enseñado que con muy poco puedes hacer feliz a alguien«, admite. La pasada Navidad los van den Berg hicieron un llamamiento a través de redes sociales. Invitaron a todos los vecinos de su localidad, Naaldwijk, que fuesen a pasar solos la Nochebuena a cenar con ellos. »Vinieron algunos y la experiencia fue muy gratificante. Tanto para ellos como para nosotros. La Navidad era la excusa, la solidaridad se debe practicar todo el año, pero es en esas fechas cuando vuelvo a mi país«, explica. La iniciativa fue tan gratificante que para este año ya ha preparado otra cena.

Ha pasado por grandes clubes de Europa como el Liverpool y agradece que una entidad como el Valencia cuente con una fundación volcada en acciones solidarias. «Me intereso e intento proponer cosas», señala la jugadora holandesa. Convencida de que el crecimiento del fútbol femenino es «imparable», Mandy van den Berg reconoce que debe hacerlo «en toda la estructura» incluido «colegiadas y la calidad del terreno de juego».

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