Decálogo de la Junta del Valencia

Peter Lim tiene ganas de ver a Valencia en vivo y todo hace pensar que estará en Mestalla el domingo 15 de diciembre a ver el partido contra el Real Madrid. ¿Por qué? Pues porque la Junta está fijada para el viernes 13 y aunque Lim nunca ha acudido a ninguna, existen de todos los condicionantes para que se repita el guión de 2018: el dueño se trajo a sus consejeros de Singapur, estos fueron a la Junta y un día después vieron todos juntos el Valencia-Sevilla. Ahora preparan otro feliz fin de semana con una Junta con algunos temas inevitables a tratar.

Es posible que sea el tema estrella de la Junta pese a que hay otros de más trascendencia. A la afición le ha molestado que su presidente y su consejero ejecutivo puedan llegar a percibir hasta 2,7 millones de euros, en función de unas variables totalmente subjetivas. En su día, el tema del salario de Llorente fue machaconamente repetido en las asambleas.

Meriton consigue regatear cada año esta cuestión, vital no solo para el club sino dañina también para la ciudad. También se repite una y otra vez el argumento desde la mesa presidencial de que éste se trata de un 'problema' heredado, aunque la afición se ha sentido defraudada por todos los consejos que han pasado por la entidad que aparentemente se han puesto manos a la obra y se han marchado sin que entrara ni un solo obrero.

Si el Valencia llega después de ganar al Ajax y fuerte en la Liga, los ánimos estarán más calmados, pero el aficionado aún espera una explicación convincente del porqué se echó en su día a Marcelino y cuáles son las causas y finiquito por la rescisión contractual de Mateo Alemany.

Negaba Murthy el año pasado que el Valencia debía 500 millones. Pero Alemany reconoció en la Junta que a 30 de junio de 2018 (sin contar pues los fichajes que se hicieron posteriormente) la cifra estaba en 454 millones. Ahora supera los 560 millones. Hace una década se llegaron a contabilizar 550 millones. Antonio Sesé y Miguel Zorío pudieron el foco con buen criterio en esta cuestión.

La corrección con la que trató el Valencia un periodo tan significativo como el del centenario saltó por los aires cuando Murthy mandó callar a la grada de Mestalla. Con Meriton, el aficionado se siente más ignorado.

Los cambios en la dirección han hecho que el valencianista de a pie desconozca cuáles son los criterios y el plan deportivo de futuro. Igual el viernes 13 ya hay un nuevo director deportivo o incluso un director general pero hasta entonces, ¿quién fichará? ¿Bajo qué criterios? ¿Quién asesora de verdad a Lim? ¿Está Jorge Mendes detrás otra vez? ¿Se va a ir Rodrigo Moreno?

Respaldo absoluto tiene Murthy en su lucha para erradicar la violencia de Mestalla. Otra cosa es la gestión del conflicto que ha habido con Curva Nord porque a Mestalla le cuesta encontrar el punto óptimo de ebullición. El año pasado intervinieron varias voces de este colectivo en la Junta y hubo el compromiso de solucionarlo por la vía del diálogo.

La multa de Bruselas le quitó y todavía le sigue quitando el sueño a Lim, una de las famosas contingencias que tuvo que tener en cuenta antes de comprar las acciones. Es un 'marrón' que no sabe cómo quitárselo de encima. Ahora el IVF ha solicitado el pago y el Valencia, aún con esperanzas de que la resolución sea a su favor, ha pedido hacerlo a plazos.

Es casi tan plomizo como el de la UE. No hay forma de llegar a una solución. El Ayuntamiento de Riba-roja encargó hace meses una comisión y ni tan siquiera se ha puesto en marcha.

Se reivindicó en 2018 que hubiera más presencia de consejeros valencianos y ahora entrará José Luis Zaragosí, que sin ser todavía directivo oficialmente ya recibió algunas críticas por la forma que tiene Meriton de obrar.