Seis enfermos terminales trasladados de urgencia por un incendio en su centro en Valencia
La ONG Domus Pacis-Casal la Pau lamenta la falta de espacio después de que la casa donde los cuidaba quedara calcinada
Rosana Ferrando
Valencia
Viernes, 15 de agosto 2025, 01:05
Eran las tres de la mañana del pasado sábado cuando un ruido despertó a la monitora auxiliar que estaba a cargo de seis pacientes terminales. ... Al llegar a la habitación, las llamas ya devoraban el techo. En poco tiempo, los residentes ya estaban en la calle y a salvo, pero sin una casa a la que volver. El lugar afectado es un edificio que la Generalitat ha cedido a la ONG Domus Pacis-Casal de la Pau, cuya labor tiene dos vertientes: ayudar a personas que han pasado por centros penitenciarios y cuidar a enfermos terminales que no tienen apoyo familiar, el bajo siniestrado estaba dedicado a esta última tarea.
El cuarto donde se inició el incendio se encontraba vacío por causalidad. En él solían dormir dos personas con dolencias muy graves, pero una de ellas se encontraba en el hospital y la otra, en el baño. Se baraja la posibilidad de que la causa del incidente sea un cortocircuito. Sin embargo, los peritos siguen investigando lo sucedido.
La primera reacción de la joven que estaba al cuidado de los internos fue recurrir al extintor para apagar el fuego antes de que se extendiera. Pronto se dio cuenta de que ella sola no podía enfrentarse a las llamas y decidió priorizar la evacuación. Consiguió sacar del edificio a los seis residentes, a pesar de que tres de ellos tienen problemas serios de movilidad y la mayoría se encontraban bajo efectos ansiolíticos.
La rápida actuación de la monitora fue clave para que ninguno de los afectados necesitara atención sanitaria por inhalación de humo. Conocía los protocolos de emergencia y había participado en simulacros. «No es lo mismo una simulación que el enfrentamiento a las llamas reales, por supuesto», ha explicado Leo Guzmán, directora del Casal de la Pau.
La principal preocupación de los damnificados son sus pertenencias. «Lo que había en esas habitaciones era lo poco que tenían, son personas que vienen de situaciones muy precarias», ha señalado la directora. «¿Tú podrías recuperar mi bolsito?», es la petición de uno de ellos. La pérdida de sus posesiones les genera ansiedad porque es lo único que les vinculaba a una vida estable.
La casa tiene cuantiosos daños. «No podremos usarla en mucho tiempo», se ha quejado Guzmán. La habitación donde se originó el siniestro está «totalmente derruida», en palabras de la presidenta. Lo mismo ocurre con el techo del pasillo. El fuego también derritió las bajantes, lo que provocó que aguas residuales dañaran las paredes y el mobiliario.
Los pacientes han sido trasladados a otro centro que pertenece a la misma asociación sin ánimo de lucro. Esta infraestructura está dedicada a la acogida de personas que acaban de salir de prisión o se encuentran en tercer grado penitenciario.
«La falta de plazas nos inquieta», ha lamentado la trabajadora social. Domus Pacis-Casal de la Pau requiere de una alternativa para poder albergar a los residentes de la casa incendiada mientras esta se reacondiciona para su vuelta. «El mercado de la vivienda no ayuda al acceso a unas instalaciones por un precio asumible», ha expuesto la presidenta. No obstante, la Generalitat ha mostrado su apoyo e interés en la causa.
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