Sin remedio para el pícnic de la Lonja
Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural exige una vigilancia activa del monumento Patrimonio de la Humanidad
La imagen se repite una y otra vez. La sombra de la Lonja, ese Patrimonio de la Humanidad que hace cinco siglos Pere Compte comenzó ... a levantar en el centro de Valencia es la elegida por decenas de turistas que cada día se sientan a comer en los escalones que durante cientos de años subieron y bajaron los comerciantes más importantes del Mediterráneo. Cierto es que en la plaza del Mercado no hay demasiada sombra, por no decir ninguna, pero los escalones no son el lugar adecuado para comer.
Tanto es así que el Ayuntamiento de Valencia colocó, a finales del pasado mes de julio, un cartel en el panel informativo de la Lonja en el que en valenciano, castellano e inglés se advertía de la prohibición de sentarse a comer un vaso de fruta, un bocadillo de una panadería cercana o un crêpe en los centenarios escalones de la joya del gótico mediterráneo. Sin embargo, el aviso ha caído en saco roto. Este diario ha podido comprobar que los pícnic en los escalones de piedra se repiten una y otra vez, así como en los escalones de la calle homónima situada junto al monumento.
«Es verdad que ahora parece que se sienten un poco menos, como pasó en las escaleras del mercado», explican en un puesto cercano. Hace ya años, el Mercado Central decidió colocar carteles que advertían a los turistas de que no podían sentarse en los escalones de entrada al edificio, sobre todo en la puerta principal, porque se dificultaba el acceso a los clientes. Aunque el Mercado Central todavía cuenta con una más que sana cartera de clientes constantes que acuden todas las semanas, aquello fue antes de que el edificio se convirtiera en uno de los más visitados de la ciudad y los vendedores adaptaran parte de su oferta para dar servicio a los turistas. Con todo, el aviso sigue ahí y los visitantes suelen cumplirlo.
Se espera que ocurra lo mismo con la Lonja, pero no es suficiente para el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural. Su portavoz, César Guardeño, explica que piden al Ayuntamiento «un refuerzo real y efectivo de la Policía Local con patrullas a pie que se encarguen de vigilar el entorno de la Lonja y sus diferentes fachadas para evitar que se repitan estas estampas que son particularmente vergonzosas para un Patrimonio de la Humanidad».
Se da la circunstancia de que el cartel que puso el Ayuntamiento ya está vandalizado: llevaba una pegatina, un pictograma, que ha desaparecido. «También queremos que se reponga la pegatina y que la Policía Local informe a las personas de que no pueden comer ahí. Si la ocupación es masiva pedimos que multen», reclama Guardeño, que lamenta que según los vecinos y comerciantes «la Policía suele pasar a la hora del almuerzo pero no les dicen nada». «Se colocaron cámaras de videovigilancia en el entorno de la Lonja. Alguien las verá. Pedimos a la concejalía de Cultura que sus trabajadores avisen a la Policía Local cuando vean a alguien ahí», reclama la entidad conservacionista.
No es la primera vez que el entorno de la Lonja es objeto de la atención de los defensores del patrimonio. La constante presencia de furgonetas y camiones de reparto en la plaza del Mercado, junto a la fachada principal de la Lonja, ha sido objeto de sus quejas en varias ocasiones. Es más, la UNESCO se vio obligada hace años a enviar una carta al Consistorio en la que pedía que se retirara el tráfico de la plaza para alejarlo del monumento, lo que motivó la actuación de la Conselleria de Obras Públicas y del Ayuntamiento para remozar la plaza del Mercado y erradicar por completo el tráfico a escasos metros del monumento.
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