El mercado del Cabanyal se suma a las críticas de Colón contra los puestos de agricultores

La presidenta de la asociación de vendedores de este recinto marítimo, Patricia García, recuerda que ellos también tienen en la parte exterior del recinto tres paradas de la tira de contar desde hace décadas. «Los agricultores que tienen parada dentro del mercado no están conformes tampoco, aunque se alegue que es una tradición de años».

En la exposición de motivos, Patricia señala que no son las mismas «las condiciones dentro que fuera desde el punto de vista de los gastos, de las condiciones higiénico-sanitarias y de la imagen».

Además, añade que cuando empezaron a autorizar el mercado de Colón, que se celebra los martes, y los de Castellar, Benimaclet y Malilla que se hacen los sábados, preguntaron si había intención de poner más en el Cabanyal «y nos dijeron que no iban a dar entrada a nuevos. Esperamos que así sea porque si meten a más de la tira de contar, estaríamos en el mismo problema».

Los agricultores que tienen desde hace años su propia parada en el interior del mercado del Cabanyal están enfadados con la situación. En el puesto Frutas Carmen, Carmen Raimundo y José Ramón Peris, que entre productos venden naranjas de un terreno propio de Albuixech, explican que ellos por estar en la parada pagan «unos 15 euros al día y los que están fuera sólo 1,82 euros. Y a eso hay que añadir la luz, tenemos que tener calentador, agua, suelo antideslizante y vienen de continuo a inspeccionar sanitariamente las paradas».

Peris añade que lo que está haciendo el Ayuntamiento «no es correcto. Es un crimen que permitan que se venda en la calle cuando hay muchas paradas vacías en los mercados». Y opina que la medida que está adoptando el Ayuntamiento «pone aún más la zancadilla a los mercados».

Argumenta que si «para salvar a un colectivo hunden a otro eso no es una solución correcta. La solución es que estas personas entren a los mercados a vender en las paradas y en igualdad de condiciones».

Según Peris, «los puestos de fuera, tanto los del Cabanyal y ahora los de Colón y los que están ahora en otras zonas son competencia desleal porque si al final les compran a ellos, no vienen».

Sergio Olmeda y Mercedes Ferrer opinan que los vendedores del mercado de Colón «tienen toda la razón del mundo. Los agricultores que están fuera vendiendo tienen menos gastos y pueden poner sus precios, nosotros tenemos más gastos y compramos a productores y no podemos tener los mismos precios». Añaden que no ven bien «que se vuelva a vender en la calle. Estamos en pleno siglo XXI y también hay que dar una imagen de ciudad».

Algunos de los vendedores incluso temen que se produzca picaresca «y si no tienen productos de su campo, los compren en los mercados de abastecimiento y lo ofrezcan como propio, habrá que ver».

Francisco Zafra, agricultor que cosecha sus productos en la huerta de La Punta y que tiene parada en el mercado del Cabanyal, opina que no le gusta «que se fomente de nuevo la venta en la calle cuando no tienen ni agua, ni luz ni las mismas condiciones». Y añade que al final «si la gente acaba yendo a estas paradas exteriores de Benimaclet, Malilla o Castellar, pues no se desplazan a los mercados. Tienen que competir con igualdad».

Otro agricultor, con tierras en Alboraya, y con parada en el Cabanyal, Rafael Alcoy, explica que una cosa es «que apoyen a los labradores y les dejen poner estos puestos donde no haya mercados o este tipo de comercios, pero no alrededor de los mercados porque entonces nos hunden».

Desde el colectivo Confemercat, que agrupa a muchos vendedores de mercados, Alicia Trenzano, explica que ya estuvieron mostrando su apoyo a los comerciantes de Colón». Recuerda que en el mercado donde tiene su parada, en Ruzafa, «nunca nos han dejado abrir paradas de frutas y verduras en los puestos que dan a la fachada de la calle. No se permitía por tema sanitario», por eso, considera que el hecho de que ahora se permita poner mercadillos de agricultores en la calle «es una vuelta atrás, como en los países menos desarrollados».

Trenzano añade que si «hacen competencia desleal, el día que no queden mercados veremos a quién venden. Ellos viven de nosotros y pagan por producir y se supone que tenemos que ir cogidos de la mano, no enfrentados».

Por su parte, uno de los agricultores que tiene parada y además sale en estos mercadillos de calle, Bruno Muñoz, explica que combina «la parada que tengo en el mercado de Ruzafa con el puesto de los martes de Colón y en Castellar y Benimaclet». Detalla que vende «más productos propios en estos puestos de mercado de agricultores, que en el mercado».

Explica que el mercado del exterior de Colón «acaba de empezar, hay que darle tiempo para ver cómo va porque ha habido muchos festivos, pero hay gente del barrio que sí ha ido viniendo». Y recuerda que pagan «por producir, también por ser producto ecológico y las infraestructuras que ponemos, las carpas y mesas lo ponemos nosotros». Por todo ello, opina: «No creo que seamos competencia. Se montan supermercados que traen productos de fuera cerca de los mercados y nadie dice nada».