El Ayuntamiento clora el agua de riego tras 16 positivos de legionela
Un proyecto prevé el tratamiento en una docena de estaciones en pozos, con un coste de 870.000 euros
El Ayuntamiento se gastará 871.000 euros en la construcción de una docena de estaciones de cloración en jardines y avenidas de la ciudad. El objetivo es eliminar el riesgo de la bacteria de la legionela en este caudal, según se indica en el expediente aprobado a medianos de noviembre, aunque para algo más. Según la respuesta dada al grupo Ciudadanos en la comisión de Ecología Urbana, el pasado año se registraron 16 positivos en otras tantas analíticas.
Esto no ha supuesto el contagio a ninguna persona, que tenga constancia el Consistorio, aunque ha disparado todas las alarmas. En la misma respuesta se habla de que hasta abril de este año se tomaban muestras de agua en 13 lugares de la red de riego y baldeo de la ciudad. A partir de esa fecha se incrementó hasta 27 zonas en el municipio.
La incorporación de estaciones de cloración con carácter provisional en 2018 se explica que fue una «medida de seguridad adicional al plan de control analítico». A partir del próximo ejercicio, el proyecto que desarrollará la empresa Emivasa permitirá que «toda la red de baja presión disponga de estaciones de manera definitiva».
La inversión está más que justificada y llega con retraso, según denunció ayer el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner. «Los únicos positivos corresponden a legionela y se detectan tres en 2016, otros tantos un año después y 16 en 2018», se indica en la contestación.
Dado que la red de baja presión, la que sirve para el riego y baldeo, sale de pozos del nivel freático de la ciudad y el agua no se destina al consumo humano, no ha de cumplir las exigencias del decreto 140/2003, aducen desde la concejalía del Ciclo Integral del Agua. Pese a esa circunstancia, se alega que se realizan dos analíticas al mes. Así, en 2016 se registraron 54 tomas de muestras, un total de 51 un ejercicio después y 65 en 2018. Este año ya se han contabilizado 73 trabajos. La legislación específica de control de legionela se ciñe a equipos, edificios e instalaciones susceptibles de producir aerosoles a partir del agua, aunque la cifra de positivos constata un riesgo evidente desde la red de Valencia dedicada al riego de jardines.
El proyecto de Emivasa prevé doce estaciones de cloración repartidas por toda la ciudad para tratar el agua de los pozos. Estarán situadas en lugares como el jardín del Turia, la rotonda del bulevar sur con la pista de Silla o la avenida Alfahuir. También en la pedanía de Benimàmet, el parque Gulliver y uno más situado junto al estadio de Mestalla, entre otros.
Para la cloración del caudal se han estudiado diferentes alternativas técnicas. La bacteria legionela provoca una enfermedad grave a través de infecciones en los pulmones o la llamada enfermedad del legionario, que se caracteriza por una neumonía con fiebre alta. Todas las instalaciones de agua son propicias para su transmisión y contagio.
El sistema de cloración estará en un contenedor para equipos que servirán para el análisis de cloro libre residual, bomba dosificadora, depósito de hipoclorito, sistema lavaojos de emergencia y sistema de renovación del aire mediante extracción que evite la acumulación excesiva de gases. La relación de equipos se completa con el desarrollo de un sistema de dosificación de hipoclorito portátil sobre un remolque para atender las necesidades de cloración de la red y de un analizador de cloro portátil para el control de la medición.
