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Los centros culturales Alqueria d'Albors (Orriols), Aben al-Abbar (Albors), la Nave 3 del Parc Central (Russafa) y los centros Reina 121 y l' ... Escorxador (Cabanyal-Canyamelar) han cumplido un año de vida entre los valencianos. Y en ese tiempo más de 75.000 personas los han visitado. Uno de los objetivos que se ha alcanzado ha sido la vinculación de la actividad cultural con los barrios.
En sus primeros doce meses en funcionamiento, estos centros ofrecieron hasta un millar de actividades de distinto carácter «ejerciendo un papel de liderazgo cultural en cada uno de los barrios en los que se abrieron», tal como ha señalado el concejal de Acción Cultural, José Luis Moreno.
La apertura de los cinco espacios tuvo lugar el dos de mayo de 2024 con el objetivo de ampliar y descentralizar la oferta cultural de la ciudad. Con ello se ha conseguido dinamizar a la ciudadanía, además de crear focos generadores de cultura en los barrios.
Los distintos centros facilitan una amplia oferta con el objetivo de satisfacer al público. Juegan un papel destacado disciplinas artísticas como la música, la literatura, el cine, la danza, las artes plásticas y el circo. Todo se materializa en encuentros interculturales, monólogos, representaciones, conciertos, presentaciones de libros, conferencias, mesas redondas, proyecciones, talleres, exposiciones y festivales.
El concejal de Acción Cultural, José Luis Moreno, ha hecho hincapié en el interés por una programación intergeneracional y que, además, atienda a las personas con discapacidad.
Entre los datos que ha facilitado el Ayuntamiento de Valencia, hay un resultado llamativo. Es el que apunta a la integración de los centros en el barrio o lo que podría ser lo mismo, la extensión de la cultura en los distintos barrios de la ciudad.
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Mientras en mayo de 2024 las actividades internas del centro cultural Alquería de Albors configuraban prácticamente la totalidad de la programación, doce meses después constituyen el 53%, con un 47% de actividades surgidas directamente de entidades externas vinculadas al barrio. Lo mismo ocurre con el centro cultural Nave 3 de Ribes, en el que el dinamismo sociocultural de la zona ha llevado a configurar una programación en la que de 168 actividades realizadas en el primer año, el 71'42% responden a propuestas externa llegadas del barrio. Esta circunstancia ha permitido conceder personalidad propia a cada uno de los cinco espacios en tanto que por su actividad queda vinculado al área urbana y social donde se encuentra.
En el Cabanyal-Canyamelar se ha hecho hincapié en marcar la diferencia y singularidad de cada espacio. L'Escorxador es un centro de recuperación colectiva de la memoria de un barrio con una marcada identidad y un gran protagonismo vecinal. Y Reina 121 funciona como un espacio multidisciplinar de acción comunitaria centrado en la activación de redes de trabajo inclusivas. El chalé de Aben al-Abbar, edificio emblemático próximo a la avenida del Puerto, rápidamente se ha configurado como espacio de referencia en cuanto a generación de actividad sociocultural, y ha llegado a programar de forma estable una media de 60 actividades mensuales, con una participación de público entre 100 y 120 personas en cada una de ellas.
El centro cultural Nave 3 de Ribes se ha consolidado como espacio de referencia para la participación cultural comunitaria. Se ha convertido en un laboratorio abierto a la experimentación audiovisual, etnobotánica y a la integración de diversos colectivos.
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