Los vendedores del Mercado Central temen perder ventas al cambiar la línea 81 su recorrido

El Mercado Central teme una importante reducción en el número de ventas a partir del próximo 26 de julio cuando la línea 81 de la EMT deje de pasar por las cercanías del espacio comercial. Y es que, según los datos de que dispone desde la gerencia del mercado, buena parte de los clientes del mismo viven en la zona de Blasco Ibáñez, que quedará incomunicada con el mercado cuando la línea 81 se quede en la plaza del Ayuntamiento y no llegue al espacio comercial.

Fuentes de gerencia del Mercado Central ahondaron ayer en las dudas expresadas el miércoles por la tarde en el pleno de la Mesa de la Movilidad que organizó el Ayuntamiento de Valencia en el hemiciclo municipal. En él, Cristina Oliete, gerente del mercado, agradeció, no sin ironía, que la línea 99 vaya a llevar nuevos clientes a los centros comerciales del sur pero también criticó «la retirada de cuatro paradas del 81» en las proximidades del mercado Central.

Según los datos de que dispone el mercado, el grueso de sus clientes que no provienen del entorno directo del barrio del Mercat vienen de Campanar y la zona de Blasco Ibáñez. La conexión a través de transporte público con Campanar sigue asegurada, dicen, pero la 81, que modificará su itinerario para llegar únicamente hasta el sur de la plaza del Ayuntamiento (antes cruzaba prácticamente toda la ciudad al llegar hasta el Hospital General y cruzar Nou Moles), no permitirá a los clientes de la avenida Blasco Ibáñez llegar hasta el Mercado Central. «La EMT debe tener en cuenta que muchas personas mayores no harán transbordo», lamentan.

Sin embargo, las quejas del Mercado Central no se limitan a la EMT. Desde el primer momento, los cerca de 250 vendedores del espacio comercial insistieron en que la peatonalización del entorno de la Lonja sin la puesta en marcha inmediata del aparcamiento de Ciudad de Brujas iba a ser perjudicial para el negocio. El tiempo, en su opinión, les está dando la razón. Aunque no se atreven a cuantificar las pérdidas desde febrero o a aventurar el descenso de ventas que pueden sufrir en un futuro, sí aseguran que las colas «son cada vez más pequeñas». «Antes nunca había sitio para aparcar en el garaje, ahora hay siempre», aseguran las mismas fuentes, que hacen hincapié en que entre semana se viven «grandes atascos» en la plaza del Mercado.