La mujer que creció a la vez que el Mercado Central

El 30 de diciembre de 1915 se va a cumplir un siglo de esa fecha se colocó la primera piedra del Mercado Central. Un año antes había nacido Consuelo Iserte, aunque cuando las obras del gran mercado valenciano comenzaron ella todavía vivía en Rubielos de Mora (Teruel).

Siendo niña comenzó a venir esporádicamente a Valencia, hasta que finalmente se instaló en el centro de la ciudad, junto al Mercado Central, que estaba ya en la última fase de su construcción.

«Lo recuerdo cuando lo estaban haciendo, que no podía pasar por dentro, tenía que ir por fuera; yo entonces tendría unos 13 años», comentó Consuelo Iserte. «Recuerdo que era enorme, nos quedábamos bobos viéndolo; entonces el mercado estaba en bancos aquí fuera», añadió.

A finales de febrero de 1928, cuando Consuelo aún no había cumplido los catorce años, el Mercado Central de Valencia fue inaugurado. Desde entonces, esta joven turolense, que ya comenzaba a sentirse valenciana, le cogió el gusto a visitar los puestos de verduras, carne y pescado.

«Yo todos los días venía; ahora ya no tanto porque tengo a Paco quien le cuida, pero antes venía todos los días al mercado, aunque fuera sólo para comprar una tontería que quizá no me hacía falta, pero todos los días venía al mercado», recordó la centenaria mujer.

En todo este tiempo esta valenciana de adopción ha visto al Mercado pasando rachas buenas y rachas malas. Ahora, lleno de gente como cada mañana, Consuelo reconoce que «viene mucho turista, porque es muy bonito y les gusta, y porque hay pocos mercados como éste».

Los años no pasan en balde. Consuelo está ya a punto de cumplir 101 años, y cada vez le cuesta más bajar al mercado. Sin embargo, ella no pierde el ánimo. «Si no vengo al mercado, me noto como si me faltara algo; el mercado es precioso, y ahora que lo han arreglado por dentro, aún más», señaló.

«Mientras me lleven estos pies, que puede que no sea mucho porque tengo muchos años, pero mientras pueda, vendré al mercado», concluyó Consuelo Iserte, la mujer que creció a la vez que el Mercado Central.