Víctimas, consumidores y sindicatos urgen más control en atracciones infantiles

Así reza un mensaje en Twitter de los padres de Vera, una de las dos niñas fallecidas en el accidente bajo investigación judicial ocurrido a principios de año en Mislata al volcar por el viento un castillo hinchable. Ponen de este modo el foco en un sector, el de las atracciones infantiles, que arrastra un cúmulo inusual de desgracias en la Comunitat: tres muertos y doce heridos en los accidentes que mencionan, ocurridos en Mislata, Alcoy, Alaquàs y Valencia.

Diferentes expertos consultados coinciden: se trata de un sector cuya seguridad de maquinarias y elementos debería estar sometida a controles más férreos. Y urgen también inspecciones laborales por la «precariedad contractual o falta de formación» entre empleados.

Silvia Huerta es la delegada territorial en Valencia de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). «Estas instalaciones necesitan una vigilancia continua». Los materiales se trasladan constantemente, se montan y desmontan y el riesgo de desgaste o error es mayor. «Cualquier fallo de mantenimiento o desgaste puede producir unas consecuencias lamentables», expresa.

«En muchas ocasiones, ya sabemos lo que pasa…», ahonda Huerta. «A veces hay cinturones o barras que no están en correcto estado o no sujetan bien… Si hubiera un control adecuado, si todos los dueños de atracciones estuvieran pendientes de cualquier desgaste para cambiar materiales se podrían evitar muchos accidentes», destaca.

La misma urgencia marca Fernando Móner, presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios. «Hay que hacer un análisis profundo de todos los hechos que han acaecido y buscar responsables. Se trata de un sector que tiene que tener un control muy exhaustivo de las administraciones públicas». Lo razona en que los usuarios potenciales «son personas muy vulnerables al ser menores de edad». Además, «en los últimos días hemos visto que también trabajadores» se han visto afectados.

Para Móner, «es obvio que los controles por parte de las administraciones, los certificados de que han pasado los inspectores en algunos casos son papel, pero en la práctica parece que no se ajustan a lo que debería ser».

Por tanto, «tienen que implicarse mucho más las administraciones públicas, tanto locales como autonómicas, para verificar que las normas se cumplen. Y si ven que se cumplen pero se producen accidentes entonces hay que endurecer las normas de funcionamiento y hacerlas más exigentes». Los últimos siniestros demuestran «que hay problemas derivados de incumplimientos».

Desde el ámbito laboral, aborda el problema Eva Checa. Ella es responsable de Salud Laboral en la Federación de Servicios de Comisiones Obreras. «En este sector la prevención está basada en los papeles, pero no hay una prevención laboral efectiva». Según Checa, se añade otro problema: «La formación, muchas veces, brilla un poco por su ausencia. Es algo relacionado con la precarización, gente con trabajos muy mal remunerados y temporales», en ocasiones, «incluso por horas». La responsable sindical urge, además, «más inspecciones de Trabajo por parte de la Generalitat», al entender que así se detectarían las posibles irregularidades.

Por el momento, y a pesar de la sucesión de desgracias, la Generalitat no prevé mover ficha con algún cambio legal o refuerzo de la vigilancia por parte de la Policía Autonómica. A consultas de LAS PROVINCIAS, desde Emergencias se amparan en la ley de Espectáculos. «Recoge que la labor de autorización y control de estas instalaciones recae sobre los ayuntamientos, es decir, que tanto la autorización como la revisión de permisos y las inspecciones técnicas son materia objeto de competencia municipal».

También el sector sanitario insiste en la necesidad de extremar la seguridad tras la lamentable sucesión de siniestros. Eva Suarez está al frente de la Sociedad Valenciana de Pediatría. «Se tienen que cumplir y extremar las medidas de precaución y las normas legales para que estos accidentes no se produzcan», apremia.

Tras ver cómo nuevas desgracias se suman a su dolorosa pérdida, los padres de Vera realizan esta reflexión: «Esta barbaridad que nos ha arrebatado a nuestra pequeña debe marcar un antes y un después en la seguridad de las atracciones infantiles».

Su pretensión es muy clara: «Que un día tan feliz, como nos dijo Vera antes de subir al hinchable, no se convierta en el último día de ningún niño más». Estos cuatro meses, ahondan, «son el reflejo de un largo historial de 'accidentes' en un sector en el que conviven demasiados piratas junto a algunos profesionales».

A los padres de la niña les sorprende «que pese a la gran cantidad de siniestros registrados en atracciones, no haya apenas denuncias y la norma se relaje en lugar de endurecerse o cuánto menos, cumplirse».

Y esto, insisten, «es responsabilidad tanto de las familias, que muchas veces optan por olvidar lo sucedido, como de las administraciones, que en lugar de velar por la seguridad de los niños miran para otro lado». Los padres de Vera se han propuesto que la pérdida de su pequeña sirva para evitar la de otros niños.

Tres personas han fallecido, entre ellas dos menores, y doce más han resultado heridas en poco más de cuatro meses en siniestros ocurridos en atracciones infantiles en la Comunitat Valenciana. Esta es la relación cronológica de las fatalidades en ferias e instalaciones para niños y jóvenes:

4 de enero, Mislata. Dos niñas de 4 y 8 años, Vera y Cayetana, fallecen al salir despedidas cuando se hallaban en un castillo hinchable que no soportó una fuerte ráfaga de viento. Otros siete niños resultaron heridos. La jueza ha acordado citar como investigados al propietario de la atracción y a otro responsable. En concreto, al dueño del castillo y a su suegro. La misma condición de imputado para el ingeniero técnico de Elche que firmó los certificados de la instalación de esa atracción ferial.

24 de abril, Alcoy. Cuatro niños de corta edad resultan heridos con golpes, en esta ocasión leves, tras producirse un fallo mecánico en una atracción infantil instalada en Alcoy con motivo de

6 de mayo, Alaquàs. Un joven trabajador de un 'tren de la bruja' instalado en Alaquàs resulta herido tras ser arrollado por la propia atracción infantil cuando hacía labores de animador. La Policía Nacional ha abierto una investigación para aclarar las causas del accidente laboral y si hubo alguna negligencia.

8 de mayo, Valencia. Florin B., un trabajador de 41 años de una atracción infantil multiaventura, perece al sufrir una caída desde cuatro metros de altura. Logran recuperar su parada cardiorrespiratoria pero fallece en el Hospital La Fe por un severo traumatismo craneal. Las causas del siniestro siguen bajo investigación de la Policía Nacional pero la empresa que gestiona la atracción asegura que proporcionó a la víctima medios para su seguridad.