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María Jesús Moreno, con gesto contrariado, durante la lectura del veredicto de culpabilidad. Jesús Signes

Los detalles ocultos de la sentencia a Maje y Salva: del «dominio» de la viuda a lo que sabía su madre del crimen

El fallo atribuye a la asesina del crimen de Patraix «sangre fría», la considera «implicada hasta la médula» y hasta «se podría decir que no le dice la verdad a nadie»

Miércoles, 25 de junio 2025, 00:24

Tras el veredicto del jurado, «culpables de asesinato», llegó la sentencia. El magistrado de la Audiencia de Valencia José María Gómez Villora firmó en noviembre de 2020 el documento judicial que condena a María Jesús Moreno, Maje, y a su amante Salvador Rodrigo por el asesinato del marido de la joven en Valencia tres años antes. Lo esencial, ya se conoce: 22 años de prisión para la viuda y 17 para el ejecutor material del crimen, además de una indemnización de 250.000 euros para la familia de la víctima, el ingeniero de Novelda Antonio Navarro.

Sin embargo, todo fallo judicial contiene su letra pequeña, argumentos y reflexiones que sustentan la decisión final y comentan aspectos sobre la credibilidad y peso de los implicados en el asesinato. Destacamos, a continuación, 16 puntos clave y frases destacadas de la resolución de 30 páginas que hace justicia a la víctima, completa el círculo, ayuda a entenderlo y fija la verdad más fiel posible de lo que sucedió.

«De común acuerdo». Según el fallo, «Salva planificó de común acuerdo con la mujer de Antonio su muerte...». Aunque ella no empuñó el cuchilló, asesinó a su marido de este modo: «Le facilitó la llave del garaje, información precisa sobre los horarios de la víctima, el número de plaza, modelo y matrícula del vehículo».

«Con imparcialidad y sin odio ni afecto». La defensa de Maje sustentó parte de su estrategia en que la viuda estaba prácticamente condenada de ante mano por un juicio mediático paralelo. El juez admite que hubo una «avalancha de publicaciones» sobre el caso, muchas filtraciones de la investigación. Pero el jurado actuó «con imparcialidad y sin odio ni afecto hacia los acusados». Se les insistió casi a diario durante las jornadas del juicio, y con más énfasis en el momento del veredicto, en una idea: «Sólo podrían fundar su convicción de absolver o condenar a partir de la prueba practicada en su presencia» durante la vista.

El 'casting' del jurado. En cierto modo, elegir a un jurado popular (9 miembros y 2 suplentes) tiene algo de casting. Se les formulan preguntas a una bolsa más amplia de candidatos y sólo unos pocos logran entrar en el cometido. En relación con lo anterior, una curiosidad: «Se les preguntó si conocían el caso, si tenían opinión prefijada y hasta cuál era la cadena o medio de comunicación que solían ver». Algunas respuestas motivaron la recusación (rechazo) de algunos de los que desfilaron como candidatos. Los más precondicionados se quedaron fuera.

La llave del crimen, en un contendor de Benicalap. Uno de los elementos que convenció al jurado sobre la culpabilidad de Maje es el 'espionaje' de la Policía Nacional a la viuda y a Salva cuando a principios de 2018 se reúnen en una cafetería de Torrent para hablar de las llaves con las que el amante entró en el garaje de Patraix. ¿Qué fue de esa copia de llaves? Los investigadores comprobaron que en la mochila de Salva había ocho llaves, incluida la del Fiat de Maje, prueba de su gran confianza. Pero la del garaje de la calle Calamocha no estaba. En su declaración, el amante dijo que la tiró a un contenedor del barrio de Benicalap.

«Tú estabas celoso por ese hijo de puta». En ese mismo encuentro en Torrent, lo que parece ser una búsqueda de coartada de Maje también convenció al jurado sobre su culpabilidad. Según el policía que la escuchó, ella dijo: «Éramos compañeros de trabajo y tú estabas celoso por ese hijo de puta», en referencia a una posible explicación de Salva en caso de ser arrestado y que le apartara a ella de culpa.

La falsa guardia de hospital, clave de culpabilidad. Los mensajes rescatados por la Policía en los que Maje miente Antonio y le dice que va a trabajar en el hospital en la noche del crimen también fueron considerados por el jurado como prueba de su participación criminal. Hubo otros chateos de móvil sobre la planificación en fechas previas al crimen que hubieran supuesto una prueba definitiva, pero Salva los eliminó. «Facilitó después un montón de claves para poder recuperarlos, pero no fue posible». Sí quedó probado que los asesinos hablaron por teléfono el 3 de agosto y el 9 de agosto, pero obviamente sus teléfonos no estaban intervenidos antes del crimen y lo que se dijeron no está documentado.

«Tiene que ser antes de septiembre». El jurado da más credibilidad a Salva que a Maje. Y más en el juicio que cuando fue arrestado y dijo que el crimen fue sólo decisión de él. Creen a Salva cuando expresa lo que recuerda de lo que ella le dijo: «La idea surgió a finales de mayo o junio. Lo recuerdo porque hacía buen tiempo. Me comentó que tenía un viaje con Antonio en septiembre y no quería ir, por lo que tenía que ser antes». Y otra frase de Salva que caló en el jurado: «La llave me la dio ella para que lo matara. Yo nunca antes había estado en el garaje».

«Abundante prueba de cargo». La extensa sentencia de Gómez Villora llega a deslizar que Maje podría haber sido culpada aún sin el testimonio de su amante en el que la implica. El magistrado lo expresa así: «Aún eliminando todo el acerbo probatorio de la declaración de Salvador habría abundante prueba de claro signo incriminatorio para la acusada». Se da importancia a la reunión de los amantes en Torrent y a la influencia «decisiva» de la hija de Salva al pedirle que dijera la verdad y dejara de mentir.

¿Por qué no declaró la hija de Salva? El juez entiende que escuchar a la persona que logró ese cambio de actitud en Salva hubiera sido «clarificador». Pero no fue posible al renunciar a ello la defensa de Maje, la única parte que había propuesto inicialmente como testigo a la joven y única hija del asesino. Inma, la exmujer de Salva, aseguró en la sala que padre e hija tenían un especial vínculo de confianza.

Los indicios contra Maje que ella no niega: La página 19 de la sentencia contiene un rosario de indicios que refuerzan la versión de Salva y ella no negó: Ambos mantenían una relación afectiva y sexual; ella le dijo a su amante Tomás que quería ver a Antonio muerto y había pensado en acabar con su vida. También que iba a morir pronto. Se suma el cambio de guardia nocturna del día 15, que ella le dio las llaves del garaje o el encuentro entre Maje y Salva tras el crimen para hablar horas después.

«Demostrando una enorme sangre fría». Así califica el autor de la sentencia la conducta de Maje cuando, sabedora de que Salva ha matado a su marido porque el asesino se lo acaba de contar, se presenta en la escena del crimen y revela una fingida preocupación ante un policía porque Antonio no le contestaba a mensajes. «Hasta el punto de exhibirle el teléfono para que pudiera verlos».

«Implicada hasta la médula en el plan criminal». Es otra expresión con la que el juez Gómez Villora califica la reacción de Maje en la conversación telefónica del 8 de noviembre de 2017 (completa en el capítulo 3 del podcast de LAS PROVINCIAS). Es prueba crucial por la reacción de la viuda cuando Salva se inventa que ha ido a la Policía: «¿Pero qué dices? ¡Salva, por Dios, no hagas locuras!».

La madre de Maje sabía la verdad. Durante su declaración como testigo en el juicio, la madre de la acusada tuvo un desliz tras una pregunta del fiscal en el juicio. (Se puede escuchar en el capítulo 4 del podcast de LAS PROVINCIAS). «No cabe sino concluir que la madre de Maje supo por ella que Salva había matado a Antonio antes antes de que fuera detenida, lo que concuerda con la confianza que madre e hija decían tenerse».

Un «glosario de mentiras». Mentir no es delito, pero el magistrado se refiere en estos términos respecto a la conducta de Maje y lo relaciona con su credibilidad: «...a su marido, a sus amantes, a sus amigas, a su familia, al propio Salva. Podría decirse que Maje no le dice la verdad a nadie» y eso «hace que sus explicaciones no sean capaces de inclinar la balanza a su favor por hallarse su credibilidad absolutamente mermada».

«Magnífica profesional, hija y hermana». Las declaraciones de familiares y otros testigos propuestos por la defensa de la viuda ahondaron en bondades de Maje. Pero el juez aclara: «Nunca se ha discutido que pudiera ser una magnífica profesional, hija y hermana, resultando eso absolutamente ajeno al interés de lo que aquí se debatió», en referencia a su culpabilidad o inocencia en el asesinato.

«Tenía el dominio funcional« del crimen. Una de las cuestiones controvertidas es si en la determinación de matar a Antonio pesó más Maje o su amante Salva. En este sentido, el juez Gómez explica: «Maje tenía el dominio funcional, tanto o más que Salva, que había adoptado el papel de fiel lacayo a su servicio y que fue el verdugo tras planificar juntos la muerte». Y concluye el autor de la sentencia: «Resulta indiferente si la muerte era para poder estar juntos o si obedecía a cualquier otra razón, pues nada puede justificarla».

 

 

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