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La madre del joven que mató a su tío: «Mi hijo y mi hermano no tenían problemas»
El autor del crimen sufre secuelas por el tratamiento que recibe por un tumor en la cabeza, aunque su familia no había notado ningún comportamiento extraño en los últimos días
La madre del autor del crimen perpetrado junto a la Finca Roja afirma que su hijo no es una persona agresiva ni tiene antecedentes violentos, ... por lo que se sorprendió mucho cuando un policía le llamó por teléfono el martes por la tarde para decirle que José Y. G., de 29 años de edad, estaba detenido por cometer un delito grave.
La conversación fue muy corta. El agente le dijo que el joven tenía derecho a informar de su arresto a un familiar, y que el detenido había facilitado el número del móvil de su madre, cuya identidad omitimos por petición expresa de la mujer.
Tras recibir la mala noticia, sin saber aún qué delito había cometido su hijo, la madre del homicida se trasladó a la Jefatura Superior de Policía de Valencia para entrevistarse con los investigadores del Grupo de Homicidios. Eran las siete de la tarde del miércoles.
La mujer pensó entonces en las secuelas del tratamiento que recibe su hijo desde hace dos meses para reducir el tumor que tiene en la cabeza. El crecimiento del bulto le había ocasionado una visión borrosa, y quizás podía haberle afectado también a su facultad para distinguir la realidad, según la madre.
«Mi hijo y mi hermano no tenían problemas. No sé lo que ha pasado. Estoy en estado 'shock'. Tengo que hablar con mi hijo», manifestó la mujer con el rostro cariacontecido. Sobre el posible móvil del apuñalamiento, una discusión por la herencia familiar, asegura que tampoco sabe nada.
«No puedo decirle nada porque no sé nada», insiste. «La Policía no me ha dado detalles. Primero me dijeron que mi hijo estaba detenido, y cuando iba en el metro me llamaron otra vez para decirme que mi hermano estaba muerto. Han sido dos golpes muy duros», añade la mujer.
Con respecto al tumor cerebral y las secuelas que padece su hijo, afirma que no había notado ningún comportamiento extraño en los últimos días. «Estamos esperando fecha para la operación. Nos dijeron que tenían que reunirse tres cirujanos para decidir cómo realizaban la intervención, pero me imagino que ahora se va a retrasar todo», señala con preocupación.
Como ya informó LAS PROVINCIAS, el crimen tuvo lugar poco minutos después de las cinco de la tarde del martes en la calle Albacete junto a la Finca Roja. José Y. G. mató a cuchilladas a su tío, Javier G., de 64 años, tras una discusión, al parecer, por un asunto relacionado con la herencia familiar. Un policía local detuvo poco después al homicida con la ayuda de varios vecinos, que persiguieron al agresor a pesar de que llevaba un hacha en una de sus manos ensangrentadas.
La víctima y su sobrino tenían previsto entrar en un despacho de abogados para firmar un documento de cesión de bienes. El joven y su tío habían discutido el día anterior, al parecer, porque el primero no estaba de acuerdo con este trámite.
A pesar de las discrepancias, Javier B. y su sobrino habían quedado el martes por la tarde para solventar el asunto en una segunda reunión con el letrado. El joven acudió a la cita con un hacha y un cuchillo, armas que llevaba ocultas dentro de una mochila, y sacó una de ellas en la calle de forma sorpresiva para asestar cinco o seis puñaladas a la víctima. El cuchillo quedó clavado en el cuerpo del hombre, según un testigo.
El homicida fue detenido poco después en la calle Maluquer, muy cerca de la escena del crimen, por un oficial de la Policía Local de la Tercera Unidad (retén de Patraix) de Valencia. El agente iba solo en el coche patrulla y tardó muy pocos minutos en llegar al lugar.
Un grupo de vecinos, entre los que se encontraba un profesor de un colegio cercano, perseguía al agresor cuando el policía local se cruzó con ellos en la calle Marvá. «¡Es un asesino!», gritó un hombre.
Cuando el policía bajó del coche patrulla, el joven llevaba una mochila en la parte delantera de su cuerpo y un hacha en una de sus manos. El individuo llevaba la ropa ensangrentada y caminaba de forma apresurada en un intento de dejar atrás al grupo de personas que le seguían de cerca.
El agente le gritó que soltara el arma, levantara las manos y se tirara al suelo, y el homicida le hizo caso. Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo en los que el policía controló la situación y detuvo al agresor, que no ofreció resistencia, con la ayuda de los vecinos.
Antes de tirarse al suelo, el violento individuo metió el hacha en la mochila y la dejó en medio de la calzada junto a una chaqueta azul que también llevaba en sus brazos. Un vecino de la calle Maluquer fotografió la detención desde su casa tras escuchar los gritos y asomarse por una ventana.
Poco después, los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hicieron cargo del detenido, que pasará a disposición judicial en las próximas horas. Los investigadores hallaron dentro de la mochila un hacha tipo tomahawk (un arma de guerra originaria de América) y una funda de un cuchillo, entre otros objetos.
Los agentes del Grupo de Homicidios que asumieron la investigación tomaron declaración a un testigo del apuñalamiento y al abogado que tenía previsto reunirse con la víctima y su sobrino. Un equipo de Policía Científica realizó una minuciosa inspección en la escena del crimen, antes del levantamiento del cadáver, y tomó también fotografías del cuerpo ensangrentado.
El homicida estuvo un tiempo trabajando como cocinero en Benidorm, pero en la actualidad vivía con su madre en una localidad de la comarca de l'Horta. La víctima residía en un piso del barrio de Patraix.
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