Marta Calvo y otras diez mujeres a la espera de justicia

El de Marta Calvo es un caso histórico. Descomunal e indignante. Tanto por el número de afectadas como por la repulsa social generada ante la conducta del sospechoso: once son las víctimas de Jorge Ignacio P. J., un traficante colombiano de 40 años que emigró en juventud y se estableció en España junto con su madre. Se movía por Valencia, l'Olleria y Manuel, donde supuestamente acabó con Marta.

De las once víctimas, tres ya no podrán ser escuchadas. Son, por orden cronológico, la brasileña de 33 años Arliene Ramos, la colombiana de 26 Lady Marcela Vargas y, por último, la todavía desaparecida Marta Calvo, de 25. Jorge ha mantenido que la descuartizó en Manuel y se deshizo de sus restos por varios contenedores, versión que los investigadores han cuestionado.

Todos los casos coinciden: Jorge elegía a mujeres en webs de contactos y se citaba con las víctimas para lo que llamaba 'fiesta blanca' (sexo con consumo de cocaína). Pero en estos encuentros les colocaba droga en los genitales y en el ano con la supuesta intención de asesinarlas, según las acusaciones.

Para ellas, esta práctica, reiterada por parte del sospechoso, excedía con creces lo consentido y su concepto de 'fiesta blanca'. Muchas se negaban y él insistía presuntamente hasta el punto de ponerse muy violento, como relatarán en las próximas semanas.

Incluso revelan haberse sentido indispuestas tras consumir una bebida que Jorge que les prorcionaba: la sombra del delito sexual por sumisión química. Algunas tuvieron que visitar el hospital y tres acabaron muertas. Dos son las razones de la gravedad de sus síntomas: Jorge, traficante experimentado, empleaba porciones de cocaína de gran tamaño y pureza. Y la absorción del estupefaciente por vía vaginal acentúa el riesgo de intoxicación. En definitiva, si era un juego, era un juego letal. Pero las acusaciones creen que la cocaína era, sencilla y llanamente, su arma homicida. Y matar mujeres de este modo, su obsesión.

Son 496 los días que transcurrieron entre el primer caso juzgado, tras una cita el 29 de junio de 2018, y el día del supuesto asesinato de Marta Calvo, el 7 de noviembre de 2019. Jorge se sienta en el banquillo cuatro años después del supuesto intento de homicidio de la primera víctima. Su periplo delictivo de presuntos asesinatos y delitos contra la libertad sexual se mueve, geográficamente, por pisos y casas de citas de Valencia y en sus domicilios en l'Olleria y Manuel.

El próximo 6 de julio se escuchará la voz del acusado. Defenido por la letrada María Herrera, Jorge pide ser absuelto. Mantiene que no forzó a ninguna mujer ni quería matarlas. Que todo fue consentido y las intoxicaciones de las víctimas, meros accidentes por su consumo. A Marta, mantiene, la descuartizó después de que muriera en la 'fiesta blanca'. Tenía miedo a las consecuencias, dice. Eso sí, tardó casi un mes en entregarse tras ocultar un cuerpo que no ha sido hallado pese a los costosos rastreos. Para inmenso dolor de su familia. Y hay muchos puntos que, para la Guardia Civil, no cuadran.

En el caso de que llegara a ser condenado, la letrada pide que se aplique entonces a Jorge una circunstancia modificativa de la responsabilidad penal por toxicomanía. Es decir, probar una supuesta adicción a las drogas del sospechoso en el momento de los hechos será, a buen seguro, una de sus estrategias. Otra será intentar convencer al jurado de que la lesiva práctica del sospechoso con la cocaína era consentida. Es decir, desmontar el supuesto abuso sexual para dañar.

El juicio se celebra en la amplia sala Tirant 1 de la Ciudad de la Justicia. Se divide en once 'microjuicios' por cada víctima, con 24 sesiones, y está previsto que concluya el próximo 15 de julio. Hay más de un centenar de periodistas acreditados de 25 medios de comunicación.

La fiscal, Socorro Zaragoza, pide 130 años de cárcel para Jorge. Por las tres fallecidas, le acusa de abuso sexual para cometer homicidio. En el resto, del mismo delito para lesionarlas. Ocho de las víctimas son defendidas por el veterano abogado Juan Carlos Navarro. Representa a las familias de las fallecidas Arliene, Lady Marcela y seis supervivientes. Pide prisión permanente revisable, entre otras penas.

En el caso de Marta Calvo hay una doble acusación particular: su madre y su padre. También piden prisión permanente por asesinato y más penas por delitos de agresión sexual, contra la integridad y contra la salud pública.

A las 10 horas comienza la selección del jurado. El trámite arranca cuando se presentan al menos una veintena de los candidatos de la 'bolsa' preestablecida. Entonces hay un sorteo para lograr nueve titulares y dos suplentes. Las acusaciones pueden rechazar (recusar en términología jurídica) a cuatro miembros de manera conjunta . Y la defensa del acusado, a otros cuatro. A partir de ese momento hay audiencia pública, el acusado se sienta en el banquillo de los acusados y arranca la sesión con la lectura de los escritos de acusación y defensa.