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Pros y contras de iniciar el ayuno intermitente en otoño e invierno

Esta práctica tiene grandes beneficios como la reducción de la inflamación sistémica y del estrés oxidativo, la mejora de la sensibilidad a la insulina o la activación de los procesos de autofagia

S. Bonillo

Martes, 2 de diciembre 2025, 01:06

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En términos de salud metabólica y longevidad, el ayuno intermitente tiene grandes beneficios como la reducción de la inflamación sistémica y del estrés oxidativo, la mejora de la sensibilidad a la insulina (clave para prevenir la diabetes tipo 2) o la activación de los procesos de autofagia, es decir, la limpieza celular que ayuda a reciclar los componentes dañados.

Muchas personas creen que su principal función es la perdida de peso y no es así, pese a que lo regula al reducir la ventana de ingesta y los picos de insulina. Además, el ayuno intermitente potencia la flexibilidad metabólica, enseñando al cuerpo a utilizar ácidos grasos como combustible y no depender de la glucosa.

«Por mi experiencia de tantos años, lo recomiendo también por la disciplina que crea en el día a día y la mejora que se percibe en cuánto a claridad mental», explica el experto en longevidad Gonzalo Ruiz Utrilla, que insiste en no confundir el ayuno intermitente con la restricción calórica, como mucha gente piensa: «No son sinónimos, se pueden mantener calorías estables y beneficiarte del ayuno sólo por la ventana temporal».

En los meses de otoño e invierno, Gonzalo destaca las ventajas pero también inconvenientes de realizar ayuno intermitente: «El horario suele ser menos flexible por ejemplo que en verano, cuando estamos de vacaciones, lo que dificulta en algunos casos el hecho de organizarse con las comidas. También, los días son menos largos y esto no ayuda a prolongar el ayuno, si bien tiene un lado positivo: podemos cenar antes y aprovechar el ritmo circadiano».

Un problema que nos encontramos en los meses de otoño e invierno es una mayor sensación de hambre, que por ejemplo en verano, tenemos más apetito y esto puede provocar que algunas personas quieran abandonar: «En ocasiones no es hambre real, elegir con criterio aquello que vamos a comer es importante, sobre todo en el momento de romper el ayuno, lo que sí es común a cualquier estación del año es el tema de la hidratación, debemos beber agua y aprovechar también los platos de cuchara y los caldos, consomés, etc. Si entrenamos en la mañana durante el ayuno, podemos añadir al agua un poco de sal marina o electrolitos».

Una ventaja de hacer ayuno intermitente en otoño e invierno está en los horarios, estamos más centrados en el trabajo y salimos menos a comer o realizar actividades de ocio que dificultan en algunas personas mantener el ayuno: «Además hay quién se pega atracones para compensar las horas de ayuno, lo que es un grave error al igual que pensar que por el hecho de ayunar podemos relajarnos con el resto de buenos hábitos como hacer ejercicio regularmente o dormir las horas que nos corresponden» – añade Gonzalo.

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