Carlos San Juan: «O se aprueba la Ley de defensa del usuario financiero o todo mi esfuerzo quedará en agua de borrajas»
El octogenario valenciano, impulsor de la campaña 'Soy mayor, no idiota', continúa la lucha «por los más vulnerables» mientras sigue a la espera de que la Administración responda a sus reivindicaiones: de momento, sin éxito
Patricia Orduna
Valencia
Lunes, 1 de julio 2024, 00:46
El promotor de la iniciativa 'Soy mayor, no idiota', Carlos San Juan, es un octogenario valenciano que acumula ya sus más más de dos años ... luchando por un trato justo de las personas mayores, sobre todo en el acceso tecnológico a las entidades bancarias y otros organismos. Reconocido por LAS PROVINCIAS en sus premios Valencianos para el siglo XXI, en este tiempo ha conseguido llamar la atención de los bancos, también de los partidos políticos y de las instituciones... pero no se han producido cambios sustanciales.
- Usted es el precursor de la iniciativa 'Soy mayor no idiota' que comenzó a luchar para que los mayores tengan una alternativa a la digitalización del sector bancario. ¿En qué punto se encuentra actualmente esta reivindicación?
- En este momento estamos pendientes de que salga adelante la Ley de defensa del usuario financiero, y creo que vendría fenomenal porque si no todo lo conseguido se podría convertir en agua de borrajas. Tuvimos mala suerte porque estaba a punto de aprobarse cuando disolvieron el Congreso y las Cortes para las elecciones del julio pasado. Desde entonces va más despacio de lo deseado, imagino que por la crispación política.
- ¿Confía en que se pueda aprobar este año?
- Sí, confío plenamente porque el ministro de Economía ya tuvo empatía con el tema incluso antes de tener este cargo. Parece que hay bastante unanimidad entre los partidos políticos para aceptarla porque no es incompatible con la digitalización, pero sí que va a hacer que deje de haber irregularidades o abusos.
- La digitalización es un cambio que se está dando de forma progresiva, ¿qué le llevó a dar un paso al frente en nombre de nuestros mayores?
- Me animó ver escenas verdaderamente dramáticas de personas vulnerables muy mayores, escuchar frases como «ese no es mi problema» o «esto es lo que hay»... Es que llamas a cualquier sitio y te atiende una voz humana con tono robótico. Me indigna el trato vejatorio que repetidamente se hace hacia las personas que más ayuda necesitan.
«Llamas a cualquier sitio y te atiende una voz humana con tono robótico»
- ¿Le sorprendió la acogida que tuvo la iniciativa?
- Mucho. No me atribuyo ningún mérito personal, creo que de una manera civilizada y educada, a través de Change.org lancé la cuestión. Los medios de comunicación respondieron mucho más allá de lo profesional y esto es importantísimo para que los mayores seamos visibles, porque éramos totalmente invisibles e ignorados.
- Mucha gente mayor no sabe utilizar aparatos electrónicos; sin embargo, a usted se le ve manejar por ejemplo el ordenador o el móvil con bastante soltura. ¿Hizo usted un ejercicio de empatía a la hora de hacer estas reivindicaciones?
- Hay que ser muy insensible y tener un corazón de piedra para no intentar ayudar. Yo me manejo bien aunque tengo algunas dificultades por mi Parkinson. Me apoyo en mi hija y mi yerno, que dominan el tema. Yo no me opongo a la digitalización, pero se tiene que hacer dos vías, una rápida para los que están más preparados y otra para los más vulnerables.
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- Gracias a su valentía incluso llegó a reivindicar su situación en el Congreso de los Diputados, ¿sirvió de algo?
- Creo que sí, se le ha dado visibilidad. Raro es el medio de comunicación que no hable cada pocos días de los temas de los mayores. Se nos tiene en cuenta más que nunca. Pero creo que lo máximo fue hablar durante media hora en el Parlamento Europeo a todos los eurodiputados, se interesaron por el tema y estuvieron dos horas haciéndome preguntas.
¿- Qué le llevó a querer implicarse de esta forma? ¿Siempre ha sido así de guerrero?
- Siempre he trabajado en hospitales, y al ser especialista en urología, gran parte de mis pacientes eran mayores. He vivido y comprendido la necesidad de los mayores desde que era joven. Creo que los mayores somos útiles y podemos aportar mucho a esta sociedad.
- La plataforma 'Soy mayor no idiota' lleva dos años luchando por las necesidades de las personas mayores, ¿tiene fecha de caducidad?
- No lo contemplo. Es increíble la gran acogida que ha tenido desde el principio hace ya dos años. Todavía hay gente que me pregunta cómo pueden firmar la petición que hice en Change.org. La página ya la cerró; si no, llevaría muchísimas firmas más.
«Creo que los mayores podemos aportar mucho a esta sociedad»
- ¿Los políticos le han hecho caso? ¿Cómo valora las medidas tomadas por el Gobierno en cuanto al sector bancario?
- La atención presencial, inclusive la ayuda en los cajeros, no se ha simplificado suficientemente. Pero lo más complicado son las aplicaciones, hasta las grandes entidades bancarias reconocen que están hechas sobre todo para inversores y gente muy preparada. Para la que tiene pocos conocimientos es muy difícil. Además, un gran problema de nuestro país es que el medio rural se estaba abandonando por montones de causas. Desde la banca me decían: «Es que la banca tiene que seguir a la persona, si la persona se va a la ciudad, pues la banca se va». Sin embargo, es paradójico que en la misma ciudad hay zonas donde no hay ni siquiera un cajero.
- ¿Cómo se siente al ver la prisa con la que se tramitan algunas cuestiones y lo que se tarda con otras como la suya?
- Es algo que me da mucha pena. Me sorprendió e indignó ver que unas leyes se aprueban a una velocidad de vértigo y otras van con una lentitud impresionante. Además, cuando en este caso hablamos de la Ley de defensa del usuario financiero y yo la veo como un tema de justicia social total y absoluto.
-Hemos visto cómo algunos políticos querían sacarse fotos con usted, ¿cree que son cortinas de humo o realmente hay un compromiso con su causa?
- En estas últimas elecciones se ha hablado un 5% de los mayores. Y solamente se ha hablado de las pensiones y que consumimos demasiados medicamentos. LLo veo muy injusto. Los políticos se acuerdan de nosotros cuando hay elecciones, te llevan la horchata y los fartones y se presenta algo para que se les vote. Fuera de ese periodo de tiempo nadie se acuerda de nosotros. El mayor solo espera tener representatividad, porque hay muchas asociaciones y cada una con su ideología, y el gobierno creo que en estos momentos dialoga con una sola de las 13 que hay autorizadas. Necesitamos una representación mucho más visible.
- Lo que empezó como una reivindicación ligada al sector bancario se ha extendido ahora a otro tipo de cuestiones, ¿por qué?
- Y se reivindican con mucho acierto. Querían que la declaración de la renta y las consultas se hicieran online, las cuestiones médicas por teléfono... El Ministerio de Igualdad dice que no, que los mayores no entramos en él. Únicamente se centran en la mujer. Esa igualdad es algo que yo defiendo, faltaría más, pero eso no es igualdad para todos porque no tenemos la misma capacidad para enfrentarnos a la tecnología.
- A nivel general, ¿cuál sería para usted la medida ideal para los mayores?
- Personalmente soy muy partidario de que hubiera una Consellería de Mayores. Esto nos daría mucha más visibilidad. También que un concejal de mayores ocupara toda su jornada laboral en nuestros temas. No pedimos nada extraordinario, simplemente que se nos tenga en cuenta y no se nos trate como que no valemos para nada.
«Me sorprendió ver que unas leyes se aprueban rápido y otras van con mucha lentitud»
- Desde 'Soy mayor no idiota' rechaza una digitalización total de algunos servicios que siempre han tenido un trato humano, y que no todo el mundo puede adaptarse a esta nueva realidad. Algunos mayores incluso piensan que esto «es una forma de maltrato», ¿cómo lo ve?
- La digitalización es una forma de maltrato porque te quita la libertad, está discriminando totalmente al que tiene un menor conocimiento. También porque estás perdiendo la confidencialidad, no veo por qué obligatoriamente tienes que comprarte un ordenador o un teléfono inteligente, es un gasto impresionante. Además, hay filósofos como Manuel Castells que plantean cuestiones de ética y moral.
- Se rechaza la digitalización y se pide volver a los métodos 'de toda la vida', ¿el problema es ese o que no se da la oportunidad de poder aprender y sumarse a este cambio?
- Yo no estoy en contra de la digitalización, pero se puede hacer en dos caminos diferentes, y ambas vías son perfectamente compatibles. Se puede progresar inclusive con ayuda y cursos de digitalización. Acepto que la tecnología ha venido para quedarse, pero al mismo tiempo hay que respetar a los de siempre, a los más vulnerables.
- ¿Y cree que la tecnología nos ha deshumanizado?
- Sí, y me parece una falta de educación que cuando llames a un sitio te conteste un robot y no vuelvas a tener noticias de nada. Además, tener un Internet suficientemente potente, tener cobertura y un teléfono de una generación avanzada no está al alcance de todos, aunque nos hagan creer que sí.
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