Método Wim Hof en Valencia: los beneficios y riesgos de un método extremo
Instructores empiezan a facilitar talleres de sumergirse en hielo o respirar en la nieve, una rutina sobre la que algunos profesionales hacen advertencias
Paloma Chen
Viernes, 4 de julio 2025, 00:39
Wim Hof es el nombre de un famoso atleta extremo holandés apodado Iceman ('hombre hielo') por su tolerancia a las bajas temperaturas. Ha batido récords ... Guinness nadando bajo el hielo y exponiéndose a la nieve en situaciones que podemos considerar verdaderas proezas. Él atribuye su resistencia a su «método Wim Hof», acuñado con su mismo nombre, que se ha popularizado entre personas aficionadas al bienestar y al cuidado de la salud.
¿Qué es el método Wim Hof?
En Valencia se organizan periódicamente encuentros y talleres que enseñan a integrar el método Wim Hof en la rutina cotidiana. La tendencia está empezando en la ciudad, pero ya ha aglutinado a una pequeña comunidad. Una de las talleristas en Valencia es la formadora Lorene Chauvel, que lleva más de cuatro años haciendo inmersiones en agua helada de 3 a 4 veces por semana. Incluso, hizo un reto personal de más de 170 días seguidos.
Explica que «el método Wim Hof se sostiene sobre tres pilares fundamentales: respiración consciente, exposición gradual al frío y una mentalidad enfocada. Estos tres elementos trabajan en sinergia para fortalecer cuerpo, mente y espíritu. El objetivo no es solo resistir el frío o respirar mejor, sino vivir con más energía, salud y equilibrio». En sus talleres, enseña los pilares del método de forma que «las personas puedan entender qué está pasando en su cuerpo, experimentarlo de manera segura y salir con herramientas prácticas para aplicar en su día a día».
Chauvel conoció al propio Wim Hof y aprendió de él cuando se formaba como Health Coach en el Institute for Integrative Nutrition (IIN): «Su enfoque me llamó mucho la atención. Empecé por curiosidad haciendo las respiraciones. Noté mejoras casi inmediatas en mi enfoque, claridad mental y niveles de estrés. Luego vinieron las duchas frías y, con ellas, una sensación de vitalidad que no había sentido antes. Finalmente, la primera inmersión en hielo fue un punto de no retorno».
Gabriel Sánchez, instructor certificado del método Wim Hof, psicólogo, profesor de yoga y acupuntor, también se formó con el atleta en Holanda. Ahora, ofrece talleres por toda España y divulga en sus redes sociales @respiracion_completa. Su interés en mejorar su salud derivó de haber caído enfermo por los químicos que se utilizaban en la empresa en la que trabajaba hace años: «Me negué a tomar medicación y me interesé en aprender técnicas de respiración, Mi capacidad pulmonar aumentó y experimenté un cambio a nivel emocional y psicofisiológico. Normalmente lo que más llama la atención del método Wim Hof es la inmersión en el hielo, pero se olvidan de los otros pilares: la respiración y el foco mental. La respiración es clave porque puede resetear todo tu sistema nervioso».
Beneficios en la salud física. ¿Están respaldados por la ciencia?
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Respecto a los beneficios del método Wim Hof, Gabriel Sánchez expone: «La respiración es estresante. Las apneas (hipoxias intermitentes) son relajantes. En los talleres enseñamos a cada persona a tomar conciencia, sumergirse en el hielo, e ir cambiando los patrones de respiración. Las respiraciones liberan cortisol y adrenalina. Este pico puntual, no crónico, es antiinflamatorio. Por otra parte, la exposición al hielo, puntual y no crónico, es bueno porque nuestros genes están hechos para la adversidad. Un estrés puntual los optimiza. Exponernos puntualmente al hielo hace que nuestra serotonina aumente en un 300 o 400%. El aumento de serotonina tiene efectos profundos sobre el bienestar, el ánimo, la digestión, el sueño y la motivación«.
El doctor Antonio Bermejo es el director de la clínica ITALAE Estilo de vida de fisioterapia y osteopatía en Valencia. Es experto en psiconeuroinmunología (PNI) y tiene un Doctorado en Fisioterapia con mención «Cum Laude» por la Universidad de Sevilla. De una revisión de estudios científicos publicados en revistas como 'Medicine & Science in Sports & Exercise' (2007), 'Genes&Development', 'The Journal of Clinical Investigation' (2013), 'Frontiers in Pediatrics', 'The Lancet' (2015), 'Temperature' (2016), 'Cell Metabolism' (2020), 'Frontiers in Endocrinology' (2021, 2022) y 'Journal of Sports Science and Medicine' sobre «exposición al frío e hipoxia respiratoria, que son los dos estímulos en los que se sostiene el método Wim Hof», extrae estas conclusiones:
- La hipoxia intermitente ayuda a reducir el exceso de grasa corporal. Además, ayuda a reducir el apetito, por lo que se podría aplicar a cuadros de obesidad y síndrome metabólico. También mejora el rendimiento físico al aumentar la concentración de hemoglobina y mejorar el consumo máximo de oxígeno.
- La exposición al frío también contribuye a la pérdida de grasa corporal por la activación de la grasa marrón y el mayor gasto energético para mantener la temperatura corporal.
- Esta actividad de la grasa marrón y de la grasa beige (grasas buenas) aumentan la sensibilidad a la insulina y, con ello, reducen el riesgo de desarrollo de diabetes tipo 2. La grasa buena reduce el recuento de triglicéridos y el riesgo cardiovascular.
- El frío y la hipoxia favorecen la creación de nuevas mitocondrias y la mejora de la eficiencia energética del cuerpo. Fortalecen la resistencia al estrés oxidativo y regulan los sistemas antioxidantes.
- La exposición moderada al frío tiene un efecto analgésico y antiinflamatorio sobre la musculatura favoreciendo la recuperación tras el ejercicio. Potencia y refuerza el sistema inmunológico. La hipoxia también estimula vías antioxidantes y antiinflamatorias, mejora las defensas y reduce el riesgo de infartos y arritmias cardiacas.
Beneficios en la salud mental. ¿Están respaldados por la ciencia?
El instructor en el método Wim Hof Gabriel Sánchez, formado también en psicología, asegura que su práctica «puede ayudar en bloqueos emocionales y en sanar traumas». No obstante, las personas que acuden a sus talleres normalmente no tienen expectativas tan altas: «Ellas normalmente solo ven la parte del hielo, que es lo más espectacular. Pero luego notan otros cambios que no se esperaban: se sienten mejor, acaban con determinadas inercias, cambian patrones de pensamiento. El hielo es solo un fotograma de toda la pelicula».
Para la instructora y hieloterapeuta Lorene Chauvel las terapias de frío «mejoran la gestión de las emociones y ayudan a desarrollar la potencia interior». ¿Cómo? «Te enseñan a gestionar el estrés desde el cuerpo. Cuando logras calmarte en una situación extrema como una inmersión en hielo, estás entrenando a tu mente y a tu sistema nervioso para responder con presencia en lugar de reactividad. Cuando el estrés disminuye, puedes conectar contigo mismo. En ese estado de presencia plena se abre un espacio de autoconocimiento», responde.
El doctor Antonio Bermejo se basa en estudios de revistas científicas como 'Journal of Thermal Biology' (2003), 'JAMA' (2004), 'Medical Hypotheses' (2008), 'PLOS One' (2016) y 'CNS Neuroscience & Therapeutics' (2021) para confirmar que «la exposición a baños helados y ejercicios de hipoxia respiratoria generan un efecto a nivel del cerebro que protege ante el deterioro cognitivo y favorece la longevidad». A nivel de salud mental y neurológica, enumera estos beneficios:
- La exposición al frío es un antidepresivo natural ya que estimula y energiza el sistema nervioso, por lo que se puede indicar para tratar algunos tipos de depresión.
- El frío aumenta el recuento de niveles de adiponectina. Los niveles altos de adiponectina están asociados con un mejor rendimiento cognitivo, un menor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, una mayor plasticidad cerebral y una mayor esperanza de vida.
- El entrenamiento de las hipoxias respiratorias ayuda a la plasticidad cerebral y a frenar el deterioro cognitivo. Además, puede prevenir el potencial daño neurológico de un ictus, ya que se está entrenando al cerebro a trabajar en estados de baja concentración de oxígeno.
- Las hipoxias mejoran la resistencia al estrés y activan vías que regulan el estado emocional.
La filosofía de activar tu cuerpo y una definición científica de «salud»
«Mi primera inmersión en hielo cambió mi vida. Fue retadora, incómoda, pero muy reveladora. Sentí tanta fuerza interna, tanta claridad, tanta conexión conmigo misma, que supe que tenía que compartirlo», explica la facilitadora del método Wim Hof Lorene Chauvel. Niega que fuese fácil: «Todo lo contrario. Me enseñó que en la incomodidad está el crecimiento. Eso es, para mí, el corazón del método: buscar la incomodidad como camino de evolución». Precisamente, «desde pequeños nos enseñan a evitar el frío como si fuera algo malo. Pero muchas veces lo que queremos es evitar la incomodidad. Abrazar lo contrario, en una sociedad donde todo está diseñado para hacernos la vida más cómoda, puede ser revolucionario».
«Este mundo nos satura de estímulos y nos desconecta del presente. El hielo, en cambio, te obliga a estar en el aquí y el ahora. Te pone frente a ti mismo sin distracciones. Entras en modo supervivencia, tu sistema nervioso se activa, y luego —con respiración y foco— logras autorregularte. Esa transición del caos a la calma es una metáfora vivencial de lo que podemos hacer en la vida real: aprender a gestionar el estrés, a permanecer presentes en la incomodidad, a confiar en que podemos atravesar lo difícil. Fortalecemos no solo nuestro cuerpo sino nuestra capacidad emocional de sostener lo incómodo», reflexiona.

La palabra «conexión» también la repite Gabriel Sánchez: «Estamos desadaptados a nuestro contexto. Yo estuve 3 años viviendo en la sierra de Albacete, donde hace frío y hay agua helada todo el año. Me hacia sentir más humano y más conectado a los elementos, a nuestra naturaleza original». En ese sentido, el doctor Antonio Bermejo de la clínica ITALAE cita su definición de salud favorita, hecha por Huber, Knottnerus y otros autores en un artículo de 'BMJ' de 2011: «La salud es la capacidad de adaptarse al entorno, así como a desafíos físicos, sociales y emocionales. Una vida monótona y carente de estos estímulos externos nos hace perder capacidad de adaptación y, por ende, salud. Bajo este paradigma de salud, necesitamos retar al cuerpo, salir de la rutina, de lo monótono, de lo plano».
Para ello, advierte, no es útil solamente la exposición al frío y las apneas respiratorias del método Wim Hof, sino también «la exposición al calor, el ayuno intermitente, la restricción calórica en las ingestas, un poco de sed, o la actividad física», pues activan «las fábricas de energía de nuestro cuerpo que son las mitocondrias celulares».
Mitos, advertencias y peligros: «No es para todo el mundo»
La popularización del método Wim Hof no está exenta de controversias. Una de ellas son los múltiples casos de practicantes que han fallecido ahogados accidentalmente haciendo los ejercicios de respiración, y cuyas familias han interpuesto denuncias al atleta holandés. En algunos casos, los practicantes realizaban sin acompañamiento los ejercicios propuestos y divulgados a través de libros como el escrito por el propio Wim Hof en que disecciona los principios de su método.
Cuando organiza sus talleres, Lorene Chauvel deja claro desde el principio que «no es para todos: hay contraindicaciones importantes como enfermedades cardiovasculares graves, epilepsia, embarazo, entre otras. Siempre pedimos llenar un formulario previo y si es necesario, derivamos o pedimos autorización médica. Hay riesgos si se hace sin supervisión, sin conocimiento o desde la imprudencia. Por eso es tan importante que la práctica sea guiada y respetuosa».
Otra de las críticas a Wim Hof es dar esperanzas falsas a personas con dolencias graves. En ese sentido, Chauvel cuenta que a veces acuden personas «con prejuicios o expectativas poco realistas. Por ejemplo, algunas llegan con muchos miedos, porque asocian el frío con enfermedad y con algo muy incómodo, pero otras esperan que sea una práctica que lo cure todo. Mi enfoque es claro: esto no es magia, es una herramienta poderosa pero, como toda herramienta, depende de cómo la uses, con qué constancia y en qué contexto. Por eso siempre explicamos los beneficios, los límites y las contraindicaciones. No prometemos resultados milagrosos».
El instructor y profesor Gabriel Sánchez explica que la formación que recibió de Wim Hof «es muy exigente a nivel tanto teórico como práctico, y se enfoca en cuidar al máximo la experiencia de la persona a la que vayas a acompañar y enseñar». Por tanto, recomienda a quienes quieran probar por primera vez que lo hagan con un instructor Wim Hof certificado. Incide en el sentido común: «Escucha tu cuerpo y no sobrepases tus límites. De hecho, 2 minutos en el hielo son suficientes para obtener todos los beneficios».
A pesar de los resultados positivos probados tanto de la exposición al frío como de los ejercicios de respiración en diversas investigaciones científicas, como las citadas por el doctor Antonio Bermejo, el método Wim Hof es a veces criticado porque aún no hay una única investigación lo suficientemente sólida que explore los resultados de todo el método. Por ejemplo, una revisión de varios estudios realizada por Omar Almahayni y Lucy Hammond en marzo de 2024 para 'PLOS One'concluía con resultados mixtos aunque prometedores, y animaba a que futuros estudios investigaran más a fondo los beneficios de los ejercicios respiratorios para un determinado perfil de pacientes.
El fisioterapeuta Antonio Bermejo incide en tener en cuenta que «el cuerpo tiene mecanismos para responder a estresores como el frío, la hipoxia, el calor, el hambre, etc., que favorecen mecanismos de resiliencia celular. Pero en grandes dosis pueden acabar con nuestra vida. De hecho, una exposición al frío moderado pero duradero es más perjudicial e incluso genera más muertes que una dosis aguda de frío». Añade, además, que «una exposición semanal de 2 días es más que suficiente para generar estos beneficios que hemos comentado. Se deben hacer de manera intermitente, no diaria o constantemente».
«Toda práctica disruptiva genera opiniones divididas, y está bien», apunta Lorene Chauvel. En sus palabras, «el escepticismo es necesario, especialmente en temas de salud. Es importante informarse bien. Pero más allá de los estudios, están los miles de testimonios reales de personas que han transformado su salud y su vida. Hoy existe la marca Wim Hof, pero también existe una comunidad global comprometida, instructores formados con rigurosidad, y personas que están compartiendo esto desde el corazón y la experiencia. Yo misma soy una de ellas. Lo comparto porque lo vivo, no porque lo leí».
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