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Corrillos y salseos en la terraza del Roig Arena
El cóctel posterior al evento organizado por LAS PROVINCIAS sirve para reencontrarse después del verano, para hacer nuevos negocios o para contarse las novedades más jugosas
Hay personas que cuando llegan a una fiesta parecen completarla, como si fueran la última pieza de un rompecabezas incompleto. En ese momento dices para ti misma: «Me quedo tranquila que ya todo irá bien». Y, en Valencia, esa persona es Mayrén Beneyto. Hizo su entrada triunfal, como lo hace la novia en la boda, un poco pasada la hora del evento, vestida, como siempre, impecable junto a un caballero como es el doctor Murgui. Y, como corresponde a una socialité de su nivel, se sintió en su salsa durante el cóctel, que dio para muchas confidencias, corrillos y salseos. Por ejemplo, caras de circunstancias había entre los grupos de empresarios, en otro capítulo de una historia que había vivido su cénit el día anterior, en la Noche de la Economía Valenciana que organizó Cámara Valencia justo en el mismo escenario, el Roig Arena. Sobre la sucesión al frente de la CEV, la noticia publicada el mismo jueves en LAS PROVINCIAS, se hablaba en esos corrillos. Mientras, había mucha expectación alrededor de Esther Pastor, otra de las personalidades de la sociedad valenciana que se ha convertido en elemento imprescindible en todo evento que se precie. La mujer del naviero Vicente Boluda contaba con todo lujo de detalles la última fiesta a la que había asistido en Marrakech, que duró cuatro días y parecía sacado de 'Las mil y una noches'. Entre su entregada platea, Julia Pérez Broseta, que proponía un viaje de amigas para disfrutar de una de esas galas llenas de glamur. Mientras, Nicolás Bugueda le pedía a Esther Pastor su apoyo para un evento que está organizando a beneficio de la Casa Ronald McDonald.
Al mismo tiempo, en el otro extremo de la terraza donde se celebró el cóctel, Francis Montesinos tuvo un reencuentro muy especial con Cristina Caruana, la hija de la que fue su mejor clienta durante años. Una mujer que todavía hoy tiene su armario lleno de piezas que han salido del imaginario del diseñador valenciano, que estaba feliz con el reconocimiento, y feliz de volver a saludar y abrazar a cada una de las personas que, convertido ya en leyenda, querían hacerse una foto con él.
Había muchas ganas de celebrar, también de inmortalizar la noche, así que el photocall fue casi el lugar más visitado de la noche, siempre detrás de la barra, en una noche de septiembre muy calurosa que pedía una cerveza en la mano y una tapa en la otra. Muy contento de volver a la que ha sido su casa durante tantos años estaba el exdirector de LAS PROVINCIAS, Julián Quirós, ahora al frente de ABC, que durante once años fue el anfitrión de Valencianos para el siglo XXI. Así, se reencontró con su amigo Ramón Palomar y con una buena parte de esa sociedad valenciana en la que se integró rápidamente al llegar a Valencia. «Aquí me siento en casa», decía durante el cóctel, acompañado de diferentes cargos del Grupo Vocento y de ABC, que quisieron estar presentes en una noche tan especial.
Todo el mundo, sin excepción, hablaba del Roig Arena. El arquitecto Ramón Esteve, que estuvo acompañado del fotógrafo Alfonso Calza, mostró su admiración ante una estructura formidable que va a ser a partir de ahora uno de los escenarios que protagonizarán la vida deportiva y de espectáculos de la ciudad. También la social, cómo no. Como esta gala de LAS PROVINCIAS. Reconocieron María José Navarro y Nidita Guerrero, de la asociación Amigos del Museo de Bellas Artes, que no han fallado nunca. Siempre fieles a la cita de septiembre.
De otro espacio que también se ha inaugurado recientemente tenían una animada charla Federico Varona e Isabel Aliño y su hija, Isabel Clérigues, que habían visitado recientemente el restaurante Alegal, y que reconocieron que les había gustado mucho. Además, anunciaron que el Grupo el Alto está preparando un nuevo espacio. ¡Qué ganas de conocerlo! Protagonista involuntaria fue Coqui Zarranz, a la que confundieron varias veces con la ministra Diana Morant por su corte de pelo, y que se rió ante el parecido que nunca hubiera imaginado.
Lo que tienen claro quienes debatían sobre la gala es que fue muy emotiva, muy acertada. Y, sobre todo, se alegraron de que, por una vez, los políticos no fueran protagonistas. «No tienen por qué hablar siempre, que tampoco tienen tanto que decir en este tipo de eventos», decía Juan Carlos Martínez.