El ruidoso silencio del PSPV con el ninguneo de Sicilia a la financiación

A Sicilia no le ha contestado nadie de su partido, ni del Gobierno valenciano. El PSPV guarda silencio respecto a la posición expresada por su portavoz federal, por más que el argumento ofrecido, que alude a la invasión rusa de Ucrania, olvide los más de ocho años de prórroga del actual modelo, o el compromiso de Pedro Sánchez de atender en 8 meses, desde enero de 2020, la presentación de un nuevo modelo. O incluso la propuesta de población ajustada que la ministra María Jesús Montero se sacó de la manga a principios del pasado mes de diciembre, y de la que no se ha vuelto a saber más.

Porque, a un año para las elecciones municipales y autonómicas, el criterio del dirigente federal deja en evidencia la posición mantenida por el socialismo valenciano en relación con la reforma de la financiación. El ya exconseller de Hacienda, Vicent Soler, dejó el cargo días atrás remitiendo una carta al ministerio de Hacienda en la que volvía a hacer patente la necesidad de que se aborde el cambio de modelo. No sólo eso. Soler subrayaba la necesidad de aprobar un fondo de transición mientras no se aprobara ese acuerdo, que requiere de un gran pacto entre los principales partidos, así como el compromiso del Ejecutivo central de condonar la parte de la deuda de la Comunitat generada por la infrafinanciación, y que viene a situarse en el entorno de los 40.000 millones de euros.

La respuesta de Sicilia va exactamente en la dirección opuesta a esa posición. Y debería de obligar al nuevo titular de Hacienda, Arcadi España, a marcar el terreno sobre este asunto. Porque el nuevo hombre fuerte del Ejecutivo valenciano el que, con motivo del traspaso de poderes al asumir el cargo, se comprometió a mantener la posición de firmeza respecto a la exigencia del nuevo modelo. España es, igual que Sicilia, miembro de la dirección federal del PSOE.

El paso más inmediato que el Ejecutivo central debería de adoptar con la reforma del modelo de financiación debería ser la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), en la que Gobierno y CCAA debatieran ese criterio de población ajustada remitido hace ya casi seis meses por el ministerio de Hacienda y al que las CCAA ya presentaron sus alegaciones.

Debería de ser, pero no es. La realidad es que en el calendario de todas las formaciones políticas no hay mucho más de ese 19-J, la cita con las urnas de las autonómicas andaluzas, donde los socialistas se juegan cosechar el tercer revolcón electoral consecutivo, después de los de Madrid y Castilla y León. Andalucía, que hasta la fecha aparecía como una de las regiones más cercanas a la posición de la Comunitat Valenciana en relación con la negociación del nuevo modelo y que, como consecuencia de su calendario electoral, también se ha bajado de este debate.

Y después de las andaluzas, llegarán las municipales y autonómicas de mayo de 2023, si es que Pedro Sánchez no decide antes adelantar las generales. Y de nuevo los calendarios electorales alejarán cualquier opción de acuerdo. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, le ofreció hace pocas fechas a Sánchez abrir el debate para acometer la reforma del modelo antes de que acabe la legislatura. La respuesta de Sicilia es la conocida. «Hay otras urgencias».