El pulso entre los dos bloques en la Comunitat concentra el 98% de los votos

La llamada al voto útil ha terminado con enterrar las opciones de los partidos minoritarios. No hace muchos meses, hubo quien fabulaba con la posibilidad de que la formación animalista PACMA obtuviera un representante en Europa. Hoy, esa opción está más lejos que nunca. El mapa político de la Comunitat al cierre de los colegios electorales la noche del 10 de noviembre dibuja dos bloques ideológicos muy definidos, con aristas dentro de la misma orilla pero sin la posibilidad de que en un futuro cercano otro partido irrumpa en un mapa político más fragmentado que nunca pero totalmente blindado a nuevas opciones.

El 98% de los valencianos que el domingo acudió a las urnas confió su voto a uno de los dos bloques. Es la primera vez que en el apartado de restos se contabilizan tan pocos votos: 51.856 papeletas. Es la cifra más baja en unas elecciones en la historia democrática de la Comunitat. Los valenciano optan por opciones seguras, concentran su voto y sólo el 2,1% de los electores ha optado por formaciones con escasas posibilidades de obtener representación. El porcentaje más bajo que se ha dado en la Comunitat en cualquier tipo de elección desde las generales de 1977. Entre los 27.147 votos del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) y los 136 de Falange Española de las JONS se abre el abanico de los partidos que ya se pueden considerar como residuales.

Los animalistas, por ejemplo, han perdido más de 10.000 votos en la Comunitat en sólo siete meses, lo que demuestra que el electorado valenciano ha derivado su voto a las opciones con presencia asegurada. Candidaturas de corte valencianista, como Som y Auna son prácticamente insignificantes y partidos de nuevo cuño como Contigo, que reúne a dirigentes que en otro tiempo militaron en los dos grandes partidos, son una anécdota. El resto de los minoritarios se reparte en clásicos como el PCOE, Los Verdes y el PCPE. Lo único destacable es que Esquerra Republicana del País Valencià (ERPV) ha sumado 1.500 votos respecto a las elecciones del 28-A y ha logrado el 0,23% de los votantes.

A nivel general, el vuelco electoral ha sido importante y el bloque de la derecha empieza a sacar algunos cuerpos a la propuesta de la izquierda. El empate técnico en las elecciones de abril –sólo 1.153 votos a favor del lado conservador– se ha roto y ahora la orilla que componen PP, Vox y Ciudadanos se distancia con 35.056 votos de ventaja frente al pacto del Botánico integrado por los socialistas, Compromís y Podemos. La estrategia de la izquierda en la Comunitat Valenciana ha sido errónea y las apuestas de la formación econacionalista en abril y noviembre han resultado un fiasco. No hace mucho tiempo la amenaza del bipartidismo sobrevolaba Les Corts Valencianes –sólo Esquerra Unida en sus distintas modalidades rompió la posibilidad del duopolio político– y ahora el futuro se juega entre dos bloques sin la posibilidad de que haya más espacio.

En números globales, hay tres paridos que pierden votos y porcentaje respecto al 28 de abril en la Comunitat Valenciana –PSPV, Podemos y Ciudadanos– y tres que ganan –PP, Vox y Compromís–. Los socialistas, como decía ayer José Luis Ábalos, han ganado las elecciones pero se han dejado entre las tres provincias valencianas un total de 49.000 votos. La baja participación puede servir como excusa pero otras formaciones han crecido en la misma situación. La suave caída de Podemos –pierde alrededor de 45.000 papeletas– no ha sido aprovechada por el PSOE.

La formación que lidera Ximo Puig en la Comunitat se vuelve a quedar por debajo de los 700.000 votos y mantiene la tónica general de Pedro Sánchez a nivel nacional. En las provincias de Alicante y Valencia los socialistas se dejan en el camino 41.000 electores y el resto en la provincia de Castellón. A pesar de la caída, el partido más votado ha mantenido el tipo.

El PP, en cambio, después de tocar fondo el 28 de abril al quedarse por debajo del medio millón de votos –en las generales de 2008 llegó a sumar 1,4 millones de papeletas– ha iniciado una remontada a un ritmo aceptable y se sitúa a 114.475 votos de los socialistas. El 28 de abril la brecha era de 247.806 electores. Las diferencias se han reducido gracias al bofetón electoral de Ciudadanos, que ha visto como parte de sus votos han vuelto a sus orígenes tras una campaña que ha triturado al partido naranja.

Los experimentos electorales de Compromís han calado el motor político de la formación econacionalista que ayer trataba de justificar una pírrica subida de 1.200 votos tras el fiasco del maridaje con Más País de Errejón. La aspiración era lograr por lo menos la mitad del éxito que obtuvo el partido con Podemos en aquella fórmula de A la Valenciana. En las generales de 2015 y 2016 esa alianza fue la segunda fuerza más apoyada en la Comunitat por delante de los socialistas, que veían a la formación de Mónica Oltra como una amenaza que ahora mismo ya no es tan real. Compromís mantendrá su fortaleza a nivel autonómico mientras controle puntos estratégicos en varias comarcas de la provincia de Valencia y parte de Castellón pero las últimas europeas y generales han sido un aviso. El electorado ya no ve a la formación como la defensa de los intereses valencianos más allá de las fronteras regionales. El pacto con Errejón ha funcionado en Alicante y Castellón –han sumado votos– pero en Valencia no han sumado más que en abril.

Los más de 467.000 votos de Vox marcan un nuevo punto de partida para la formación de Abascal desde una visión de máximos y la hecatombe de Ciudadanos servirá para determinar en un futuro si la recuperación existe o era el principio del fin, también en la Comunitat.