La marcha atrás de Marzà rebaja la tensión con sus políticas educativas
El titular de Educación es el único conseller que suspende en valoración y también el menos apoyado por los electores de PSPV, PP y Cs
F. M.
VALENCIA.
Sábado, 5 de mayo 2018, 00:14
Uno de cada tres valencianos no está de acuerdo con la política educativa impulsada por Vicent Marzà. El sondeo de SIgma Dos para LAS PROVINCIAS señala que un 32,6% de los encuestados están en desacuerdo o muy en desacuerdo con las iniciativas puestas en marcha en materia educativa por el gobierno valenciano. El porcentaje de los que están de acuerdo con la gestión del titular de esta cartera llega al 19,4% -trece puntos de diferencia con los que la rechazan-, mientras que un 14,8% afirma no estar de acuerdo ni en desacuerdo.
Los datos arrojan alguna matización significativa respecto a los del estudio sociológico publicado por este diario hace un año. En aquella ocasión, la política educativa de Marzà cosechaba un rechazo del 39,7% y los apoyos a su gestión se quedaban en el 19,8%. Es decir, el nuevo sondeo retrata un descenso de quienes están en desacuerdo -hasta siete puntos menos-, mientras que el número de quienes defienden las medidas de Marzà permanece prácticamente calcado.
El análisis de esos datos coincide con el devenir de la intensidad de la gestión del titular de Educación. A su llegada a la conselleria con sede en la Avenida de Campanar, Marzà anunció y puso en marcha una serie de medidas que generaron un amplio nivel de malestar entre amplias capas del ámbito educativo en general, y en la enseñanza concertada -a la que puso en su punto de mira- en particular.
Marzà impulsó o anunció medidas como el decreto de plurilingüismo, la revisión de la configuración de plantillas, la reordenación de carreras universitarias, la extensión de la red pública de 0 a 3 años o la reducción de los conciertos en etapas postobligatorias que derivaron, en algunos casos, en contundentes protestas sociales. También la modificación del procedimiento de admisión y la desaparición del distrito único. Conforme ha ido avanzando la legislatura, la gestión del conseller parece haber ido optando por una actitud menos combativa. Lo que no ha sido derribado por los tribunales, como el decreto de plurilingüismo, se ha suavizado o directamente se ha quedado en la carpeta de 'asuntos pendientes para el próximo curso'.
De manera que el nivel de beligerancia con la gestión del conseller parece haber descendido en la misma medida en la que el conseller ha rectificado -o le han obligado a rectificar- algunas de las medidas impulsadas al inicio de la legislatura.
Esa moderación en la gestión no ha impedido que, según el sondeo, Marzà sea el conseller peor valorado de todos los que forman parte del Gobierno valenciano y, además, el único que suspende. El conseller de Educación logra un 4,85, frente al 5,18 del sondeo de hace un año.
Quienes peor valoran su gestión son los electores de PP y Cs, que en ambos casos le puntúan con un 3,3. Aunque no es menos destacable que sea precisamente Marzà, con un 5,35, el conseller peor valorado por los votantes socialistas.