Compromís gana el pulso en un presupuesto donde solo crece Oltra

El Consell pagó ayer un alto precio por cumplir la promesa que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, lanzó el pasado jueves en Les Corts, en la que se comprometía a aprobar los presupuestos autonómicos para 2020 en tiempo y forma. El Botánico cumplió, pero elevó la tensión entre socios a un alto grado. Tanto que las cuentas estuvieron bloqueadas durante toda la noche, pasaron por la comisión delegada de Hacienda a primera hora de la mañana –donde salieron adelante por unanimidad– y volvieron a ser discutidas en el pleno del Consell por desavenencias en la gestión de los fondos de Innovación. Las caras del conseller de Hacienda, Vicent Soler, y de la vicepresidenta Mónica Oltra, durante su presentación, más de dos horas después de lo acordado, ponía imagen a unas desavenencias que dejaron ayer vencedores y vencidos. Pero también a un convidado de piedra, Unidas Podemos, que pasó de puntillas por la situación.

El Botánico aprobó ayer el anteproyecto de Ley de Presupuestos de la Generalitat para 2020 con un aumento de gasto de un 1,6%. 16.970 millones que, con los gastos financieros incluidos ascienden a 23.021 millones. En la práctica, 264 millones que en el trazo grueso se quedan Políticas Inclusivas, Educación y Sanidad, en ese orden. Los restos se reparten entre el resto de áreas, que apenas despegan, a excepción de aquellas consellerias que deberán gestionar ayudas para paliar los efectos de la DANA que asoló el sur de la Comunitat el pasado septiembre –Justicia, Vicepresidencia segunda y Agricultura–. La vicepresidenta Oltra se convierte en la gran vencedora de las nuevas cuentas. Su departamento crece un 5,7%, sólo por detrás del otro vicepresidente, Rubén Martínez Dalmau, que tiene un área de nueva creación que asume las competencias de Vivienda y que debe gestionar partidas contra la gota fría y articular una estructura nueva. La también consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas contará con 87 millones más que el ejercicio anterior. Oltra ha visto atendidas todas sus reclamaciones, tanto a la hora de aumentar el gasto en el capítulo de personal como a la hora de aumentar al 50% el porcentaje de ingresos que el Estado debe aportar en concepto de Dependencia. Desde su departamento justificaban ayer el crecimiento por el bajo puesto en la tabla presupuestaria que las políticas sociales representan en la Comunitat respecto a las resto de autonomías. Pero lo cierto es que su aumento es, junto con la retención de los 50 millones de Innovación en manos de Compromís, el principal éxito de la coalición.

A los socios del PSPV el presupuesto no les es demasiado favorable, ya que casi todos se quedan como están, con especial mención al pírrico crecimiento de la Conselleria de Sanidad, que apenas asumen un 1% más de gasto y a la de Innovación, cuyo área fue la gran apuesta del presidente, ayer descafeinada.

Fuentes conocedoras de la negociación aludían ayer al papel de la vicepresidencia en las negociaciones para retratar la foto finish. «Ha puesto en riesgo la estabilidad de todo un Gobierno a cambio del crecimiento de las áreas de Compromís». Pero desde la coalición cargaban las tintas contra las restricciones socialistas y destacaban el liderazgo de la vicepresidenta. De hecho, ayer todas las fuentes consultadas daban por vencedor del acuerdo a la coalición, que se apunta el tanto de Oltra y el de las competencias de Innovación, en detrimento de la nueva Conselleria, en manos del PSPV. Sin embargo, la palabra más repetida ayer entre el sector socialista, apesadumbrado por la situación en la que queda el reparto de las cuentas era «insolidaridad».

En líneas generales, los presupuestos no tienen demasiada novedad respecto a las del año anterior. El capítulo de gasto de personal es el que más sube para que el Ejecutivo pueda crear nuevas plazas y dotarlas y para contemplar el aumento salarial que corresponde a los empleados públicos. Por contra, la partida de las inversiones cae un 4% y recortará 25 millones el gasto inversor del Consell. Se mantienen los ingresos ficticios de 1.325 millones que el año anterior ya pintó el Ejecutivo, junto con los más de 400 millones por la aportación que el Estado no hace para confinanciar la dependencia, o los 344 de la atención sanitaria a los desplazados. Además, los ingresos por recaudación tributaria se han proyectado con holgura y la generosidad con los fondos europeos también se deja notar.

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, se felicitó ayer de que las cuentas para 2020 consoliden el crecimiento de las del año pasado –crecieron un 10%– y aseguró que los presupuestos darán «estabilidad, seguridad y protección social» a la vez que blindarán el estado del bienestar en la Comunitat.