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Francisco Camps ha organizado un acto público para este sábado con el que pretende rendir homenaje por los 30 años de gobierno del PP valenciano. ... Una cita en el Veles e Vents a la que se espera una gran asistencia y en cuya movilización están participando algunos referentes históricos del partido, como la ex alcaldesa de Alicante Sonia Castedo, el exjefe de gabinete de Alfonso Rus, Emilio Llopis, y el expresidente de la Diputación de Castellón Vicente Aparisi.
Una convocatoria que coincide, además, con el peor momento político del actual jefe del Consell y líder del PPCV, Carlos Mazón, y en cuyo trasfondo se detecta un hecho que admite poca discusión: la voluntad de Camps de regresar a la primera línea política después de verse liberado de todos los frentes judiciales, y el hecho de que su partido no le ha despejado su futuro.
El comunicado con el que la plataforma que encabeza Camps anuncia el acto señala que asistirán «dirigentes del pasado y del presente» del PPCV, así como exalcaldes, exconcejales, militantes, y miembros de Nuevas Generaciones. Los organizadores vaticinan la asistencia de «más de 1.000 personas, consolidando el encuentro como una de las convocatorias más numerosas en los últimos años». «Todo lo que fue posible, queremos que vuelva a serlo. Las puertas están abiertas a todos aquellos que quieran contribuir a un futuro mejor», señala Camps, que apela a recuperar la «energía colectiva».
La actual dirección del PP valenciano evita cuestionar el acto del expresident del Consell. «Quienes deberían de aprovechar el acto para pedirle perdón son Mónica Oltra y Ximo Puig», señala el secretario general de los populares valencianos, Juanfran Pérez Llorca. De hecho, la dirección popular ha venido defendiendo la honorabilidad del expresident, y se ha hecho eco de su voluntad de regresar a la primera línea política.
Camps mueve ficha con el objetivo de poner sobre la mesa el debate sobre la celebración del congreso regional del PP. Una cita para cuya convocatoria Génova no ha dado su visto bueno, consciente de que la situación del partido en la Comunitat no es la idónea para abordar un debate orgánico. Máxime con el presidente regional, Mazón, en una más que obvia situación de debilidad como consecuencia de la gestión política de la dana.
Pero el exlíder popular insiste en su estrategia para la celebración de ese cónclave, para el que a día de hoy no cabe descartar que pudiera presentarse. Después de pequeños actos en los últimos meses en distintas localidades de la Comunitat, el de este sábado puede ser la puesta de largo del intento del expresident de recuperar protagonismo en el partido.
¿Anunciar su candidatura a la presidencia del PPCV? Nadie se atreve a asegurarlo, ni tampoco a negarlo. No hay congreso regional convocado y no hay voluntad de la dirección nacional de celebrarlo por el momento. Pero Camps quiere medir sus fuerzas, y especialmente lanzar un mensaje a la dirección de su partido: sigue queriendo recuperar protagonismo político. El argumento del homenaje a los 30 años de gobiernos populares encierra una obvia intencionalidad de reivindicarse como artífice principal de aquellos éxitos. Y resueltos sus frentes judiciales, el expresident considera que no hay ninguna razón como para que no se cuente con él.
Otra cosa es el momento elegido. Camps moviliza a sus seguidores y a cargos del PP –que quizá entiendan que éste es un acto convocado por la dirección del partido– justo cuando el presidente regional atraviesa su situación política más delicada. «¿Qué habría hecho Camps si cuando se produjo el accidente del metro algún cargo del PP hubiera convocado un acto paraoficial para reivindicar las victorias electorales?», se pregunta un exalto cargo del PP valenciano. «Este es un acto contra Mazón», zanja de forma contundente.
En la cúpula regional del PP valenciano se considera que Camps no está pensando tanto en tratar de recuperar la presidencia regional como en hacerse visible ante la calle Génova como un asunto que la dirección nacional tiene aún pendiente de resolver, aún a pesar de que esa solución difícilmente podrá llegar si los populares no alcanzan primero la Moncloa.
Otros excargos, en cambio, amplían el abanico de posibilidades del expresident del Consell. «Presionará hasta el final», vaticina uno de ellos, que no cierra la puerta incluso a que, si el PP no le da una salida ni permite su regreso a la primera línea, Camps pudiera optar por sumarse a alguna plataforma política de perfil regionalista. La dirección regional duda de esta opción, máxime tras las sucesivas manifestaciones del exlíder popular descartando esa posibilidad.
Con todo, el movimiento agita un partido, el PPCV, que en los últimos seis meses está desorientado, a la espera de que la presión social y política sobre su president descienda.
Desde que los tribunales de justicia tumbaron el último de los nueve procesos judiciales a los que ha tenido que hacer frente, Francisco Camps ha venido mostrando du deseo de regresar a la primera línea de la actividad política. En la ecuación sobre su futuro, al menos hasta el pasado 29 de octubre, no entraba en ningún caso volver a optar a la presidencia del PP valenciano. Con Carlos Mazón de president del Consell y María José Catalá de alcaldesa de Valencia, para quien había sido president del Consell y del PP valenciano, la búsqueda de una salida política debía de ser en otro ámbito político que no fuera el local o el autonómico. El 'problema' por decirlo así, estaba en manos de la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo, que en alguna ocasión ya se habría mostrado dispuesta a contar con el expresident y buscarle una salida, nunca antes de alcanzar la Moncloa. El escenario es distinto desde el día de la dana. Porque el desgaste político que arrastra el president de la Generalitat le sirve a Camps en bandeja la posibilidad de recuperar protagonismo en la política valenciana. Está por ver cuáles son sus apoyos reales en el partido, porque la presencia de militantes en un acto puntual no supone automáticamente contar con el respaldo de los compromisarios en un congreso. Y el aparato del PP tiene sus resortes para imponerse. Pero, en todo caso, lo que Camps conseguirá este sábado es volver a hacer patente que lo suyo, su situación política tras liberarse de los frentes judiciales, sigue sin resolverse.
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