Valencia roza ya el récord turístico
En los diez primeros meses del año se superan los dos millones de visitantes y la precampaña navideña empieza con fuerza gracias al puente y el Maratón
Este largo fin de semana de puente, Valencia ha estado repleta de turistas, unos para correr el Maratón, otros de concierto y también los que ... quieren disfrutar de la ciudad y de las actividades navideñas que empiezan a tomar las calles. En cifras, se puede decir que el merecido récord turístico ya se roza con la punta de los dedos.
Los datos de la Fundación Visit València llegan de momento a octubre y superan los dos millones de turistas. Todavía registra un ligero descenso respecto a 2024 de un 1,6%, en parte por los vaivenes de las conexiones internacionales y también, parece claro, por la cremà de las Fallas, que este año cayó un miércoles. Es, sencillamente, el calendario más antiturístico posible.
Mal se tiene que dar noviembre y diciembre para no romper el récord de 2024 de 2.385.716 turistas, dado que ese periodo se vio influido el pasado año por el lógico hundimiento producido por la dana, al igual que en los primeros meses de 2025. Si tuviera que apostar, diría que la ciudad se quedará en 2,45 millones.
Visto lo sucedido en los diez primeros meses del año hay varias cosas que agradecer. Primero a los visitantes nacionales, que aunque son minoría desde hace años han venido más, en concreto un 4,6% que en 2024. Los viajeros internacionales dominan con claridad pero es cierto que el descenso de un 5,7% produce una sombra de inquietud. Para romper esa tendencia, toca mejorar los servicios en el aeropuerto de Manises, las conexiones con la ciudad y si me apuran, hasta la formación políglota del sector turístico. De lo segundo, es triste por ejemplo ver las colas interminables de pasajeros en las máquinas de venta de abonos de Metrovalencia sin nadie de la empresa que ayude a los cansados y despistados viajeros.
Más allá de las cifras, la oferta cultural, hostelera y de alojamientos ha aumentado. Las pernoctaciones son en la estadística la parte más débil, con una bajada del 4% sobre los diez primeros meses de 2024, aunque octubre haya sido mejor. Me pregunto sobre esto si no sería conveniente, ahora que las comisiones falleras están en pleno congreso, que le den una pensada al asunto del calendario, los festivos y la cremà. Acordar un día fijo para quemar las fallas, el más favorable para los falleros y los turistas, de tal manera que no haya lío cada año con dónde se pone el festivo local y el absentismo en las empresas.
Sin duda esto mejoraría el resultado de cada ejercicio y aumentaría la ocupación hotelera. Lo mismo que una adecuada regulación de los apartamentos turísticos. El ruido continuo de las quejas vecinales no es nada bueno y toca encontrar el consenso. Es más que complicado llegar a un punto medio porque la eclosión de estos años en las plantas bajas ha sido tremenda, prácticamente en todos los barrios.
Lo mismo ocurre con la oferta hostelera. Parece un comentario de abuelo pero es triste ver cómo desaparece la cocina tradicional y de mercado en favor de locales donde los jóvenes hacen cola para degustar una tarta de queso al estilo de Brooklyn. Es lo que tiene la globalización, que si nos pasamos la ciudad pierde su encanto y las señas de identidad que ha trabajado durante siglos, aunque sea un fenómeno común en todas las grandes ciudades.
Conseguir aumentar las cifras de turismo tras el Covid y la dana, calmar al mismo tiempo el malestar vecinal por la influencia que tenga en el precio de las viviendas y mantener una oferta cultural y de ocio de calidad parece el hallazgo del Santo Grial, algo que por cierto tenemos en Valencia. Buena señal sin duda para lograrlo.
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