Soberanía lingüística
Contra la realidad social del momento, la Llei d'Ús estableció en 1983 que Valencia y Alicante ciudad fueran zonas «de predomini lingüístic valencià»
Lo he escrito con anterioridad y lo voy a repetir: la ley más importante que se ha aprobado en la autonomía valenciana es la famosa ... Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, en 1983, al poco de arrancar las primeras Corts (el Estatut es del 82), con los socialistas Joan Lerma en la Presidencia de la Generalitat y Ciprià Císcar en la Consellería de Educación y Cultura. Importante por lo que implicaba -que el valenciano se enseñara en los colegios- y por la distribución territorial que regulaba el título V, con territorios (municipios) «de predomini lingüístic valencià» y otros «de predominio lingüístico castellano». Ni qué decir tiene que el legislador, la mayoría socialista, impuso una división -atendiendo a «criterios históricos» no especificados- por la cual la inmensa mayoría de las localidades eran «de predomini lingüístic valencià». Entre ellas, las tres capitales de provincia, más Elche, Benidorm o toda la comarca de l'Horta, entre otras muchas. Cualquiera que viviera en Valencia ciudad en 1983 o en muchos de esos pueblos del área metropolitana (Xirivella, Quart, Alfafar...) sabe que por la inmigración y por la propia herencia de un franquismo en el que el valenciano no se enseñaba en las escuelas, el uso de la lengua autóctona era más bien minoritario. En el cap i casal estaba circunscrito a los barrios con mayor carga identitaria, como el Carmen y el Mercat en el centro o Cabanyal-Canyamelar en el Marítimo. Con los años, con la aplicación de la Llei d'Ús y gracias a los jóvenes que viven en la capital de la Comunitat para estudiar o trabajar, el valenciano se ha hecho más presente y se escucha más en zonas como Benimaclet o Algirós, donde abundan los pisos de estudiantes. Por motivos ideológicos, que no lingüísticos, se decidió hace más de 40 años que Valencia o Alicante (Castellón es otra historia) estuvieran dentro del grupo de «predomini lingüístic valencià». Entonces, apenas nadie dijo nada. Lo moderno, lo progresista y hasta lo justo era la promoción del valenciano, así que ¿quién iba a alegar contra la catalogación de su municipio como área de predominio del valenciano? Ahora, cuando el Ayuntamiento de Alicante decide, gracias a los votos del PP y de Vox, solicitar que la ciudad sea zona de predominio del castellano, los herederos de aquella izquierda nacionalista que impuso un criterio falso y que no se correspondía con la realidad social del momento claman, protestan, gritan, se manifiestan (algunos, con cuatribarradas catalanas...) y denuncian «la imposición» (¿y qué fue lo que ellos hicieron?). ¿No es soberano el Consistorio alicantino?
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