Eterno
Manuel de la Calva se ha ido. Y lo ha hecho al final del verano, como cantó durante décadas en el Dúo Dinámico: «El final ... del verano llegó y tú partirás», decía uno de los himnos de cada agosto. Ese tema nunca fue 'canción del verano', como 'Un rayo de sol' o 'Eva María', y otras clásicas de los 60 y 70, pero es difícil no pensar en ella cada vez que alguien anuncia que se acaba la estación más querida del año. En su letra, el protagonista duda de que su amor efímero de vacaciones, intenso y fugaz, vaya a durar en la memoria más allá de unos días. Se refería a una experiencia recurrente en la adolescencia, cuando las noches de verano parecen eternas y no se ve el final de esas semanas de indolencia y descubrimiento, de ahí que el Dúo Dinámico haya acompañado a abuelos, hijos y nietos en la melancolía propia de estos días. Eran amores 'fast food' pero con ellos se aprendía a vivir, a sentir y a reconocerse. Y, a veces, se guardaba su recuerdo en un cajón del armario sentimental para ser abierto, quizás, pasados muchos años, muchos veranos y muchos amores. Otras, en cambio, se recordaban esos primeros escarceos para contarlos en cenas futuras, más por la anécdota que por el protagonista cuyo nombre estaba olvidado.
El de su cantante, no. Así lo recogió, en su despedida pública, su compañero Ramón Arcusa quien resumió lo que pensamos quienes hemos cantado o bailado ese 'Amor de verano': «Gracias por tanto, amigo. Ya eres eterno», le dijo a su mitad artística en un tuit. Y, efectivamente, lo es él y lo es su grupo musical, que marcó a varias generaciones. Arcusa también lo sabe. No es fácil perdurar durante tanto tiempo en la memoria musical de los españoles, pero hay una generación aún activa, como Raphael, Miguel Ríos o Perales, que encarnan la banda sonora de la España reciente. Y son eternos.
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