Doce pasos
Son los que necesitó Sánchez esta semana en Valencia para alcanzar la delegación del Gobierno tras bajar del coche oficial. Y luego dirán que no se atreve a pisar la calle
No me lo tiene que contar nadie, porque lo vi yo mismo. Doce pasos, ni uno más ni uno menos. Pedro Sánchez vino este jueves ... a Valencia. Y dio exactamente doce pasos por las calles de la ciudad. Son los doce pasos que necesitó desde que bajó del coche oficial que le dejó frente al Palau del Temple y hasta que entró en la sede de la delegación del Gobierno. ¡Y luego dirán que no puede salir a la calle! Doce pasos son dos menos de los que tíene el vía crucis, por si sirve de referencia. Tras reunirse con los portavoces de las asociaciones de víctimas, Moncloa informó que el presidente había visitado previamente una empresa de Ribarroja. ¿Y por qué no incluyó esa visita en la agenda que remitió el día anterior? ¿Y por qué no quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación en una visita como esta? ¿Tiene que ver con la decisión de un juzgado de sentar en el banquillo de los acusados a su hermano? Fuera o no por ese motivo, lo que Sánchez sí que evitó fue visitar la zona cero de la dana, no fuera cosa que el recibimiento no fuera tan controlado como la reunión con los portavoces de las asociaciones de víctimas. Siete meses después, el presidente del Gobierno sigue el camino -erróneo, a mi entender- de otros responsables públicos que han evitado visitar 'como toca' las zonas más afectadas por la dana, aún a riesgo de que algún ciudadano le grite lo que piensa de él. No sé si en la reunión con los portavoces de las asociaciones de víctimas alguien le planteó al presidente del Gobierno la conveniencia de visitar Paiporta, Catarroja o Chiva. Al parecer el presidente ha trasladado que lo hará en algún momento, sin prisa. Tampoco va a tenerla en exceso para ese funeral de Estado por las víctimas que, al parecer, estos portavoces le reclamaron. Sánchez dejó entrever que se celebrará con el primer aniversario de la riada. Cabe suponer que tendrá lugar en Valencia, aunque a uno no se le acaba de ocurrir cuál puede ser el sitio más adecuado para celebrarlo. Ya hubo un funeral por las víctimas de la riada, lo recordarán, en la Catedral de Valencia, al que Sánchez no consideró oportuno asistir. Quizá alguien le reprochó esa decisión en la reunión de este jueves, o no, vaya usted a saber. Tampoco alcanzo a saber exactamente en qué medida encontrarán las víctimas consuelo en la celebración a estas alturas de un funeral de Estado. Uno podría pensar que resulta más urgente que las ayudas del Gobierno que van lentísimas se desbloqueen, que se hagan inversiones para que vuelva el trabajo a las comarcas que se han visto más afectadas o que se impulsen las obras para que una situación como la del 29 de octubre no vuelva a repetirse. Puestos a ser quisquillosos, el presidente del Gobierno también habría podido aprovechar la oportunidad para comprometerse con la reconstrucción, dando luz verde a los recursos a fondo perdido que necesita la Generalitat para hacer frente a los daños de la dana. O incluso con la supervivencia de la Generalitat desbloqueando el FLA extraordinario, o actualizando las entregas a cuenta de la financiación, o aprobando el fondo de nivelación, o reasignando los fondos europeos... Pero bueno, Sánchez se ha reunido con los portavoces de las asociaciones de víctimas. Y con ello algunos consideran que el presidente del Gobierno ya ha cumplido con su cometido. Sánchez sí, y Mazón no. «Estuvo elegante», leo en alguna crónica sobre la visita del presidente. Igual se mostró crítico con el grafiti de la UPV que pide prisión para el president de la Generalitat... O no. Porque el presidente nunca toma decisiones pensando en sus intereses electorales, ¿verdad?
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión