Pensiones en el punto de mira
Antes que eso, el Estado debe recortar gastos prescindibles
Estoy harto de quienes centran la solución del problema económico -deuda, déficit y demás pachangas- en la rebaja de las pensiones sin hablar de la ... supresión de otros gastos, innumerables, superfluos e innecesarios. Mientras no afronten la eliminación de todos ellos y aún así no se haya solucionado el problema, entonces es cuando aceptaré el recorte a las pensiones.
Esta reflexión viene a cuento porque esta misma semana me explicó un funcionario que se ha jubilado con 60 años con el cien por cien del salario al haber cotizado 35 años. Se me llevaron los demonios y así se lo expresé. Por supuesto, me dio la razón. Muy bien, pero convendremos en que una persona en plenas facultades físicas y mentales está capacitada para seguir trabajando hasta los 67 años, incluso hasta los 70. Yo mismo, periodista, me jubilé a los 75 tras una aportación a Hacienda de 52 años.
Evidentemente, esto conllevaría una reforma de la Ley en este capítulo. Hay muchos más capítulos del gasto público que deberían preceder al remate de las pensiones. Por ejemplo, disminución de Ministerios, asesores, coches oficiales, aviones a excepción del Jefe del Estado y del presidente del Gobierno, multitud de asociaciones cuya finalidad esencial es la colocación de amiguetes y simpatizantes y un innumerable número de organizaciones realmente inservibles para la sociedad.
Capítulos aparte merecen las Comunidades Autónomas, los partidos y los sindicatos. Es necesario reestructurar el gasto de las primeras en la duplicidad de organismos, ingente cantidad de funcionarios y ¡cómo no! las televisiones, un pozo sin fondo en según qué regiones.
Otro dato para ese ahorro previo indica que, en números redondos el 80 por ciento de lo ingresos de los partidos y centrales sindicales proviene de dinero público ¿por qué no se legisla para que se financien con las cuotas de sus afiliados? Como escribía el martes el maestro de periodistas Luis María Anson «...la sociedad española sería más libre» y añado «el Estado obtendría un ahorro en el gasto».
Me pongo de mal carácter cuando leo que los parlamentarios y gerifaltes de la Unión Europea solicitan el recorte de las pensiones. Ellos tienen garantizadas las suyas de forma vergonzante, con cantidades inusuales para nosotros.
El Gobierno de turno y los partidos deberían copiar de los ciudadanos y actuar en consecuencia. Cuando vienen mal dadas y hay que apretarse el cinturón, las familias suprimimos gastos prescindibles -restaurantes, viajes, taxis, abonos de clubs...- antes de meter el tajo en los colegios o la comida para los hijos. Se hace si no es suficiente con la abolición de los dispendios citados. Así es la vida.
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