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Chistorras criollas

¿Por qué esta tragedia sufrida por un pueblo hermano no estimula la empatía de la izquierda?

Lunes, 13 de octubre 2025, 23:18

Siempre que escucho eso del sufrimiento de los niños gazatíes me vienen a la cabeza las decenas y decenas de bebés muertos en las unidades ... de neonatos de los hospitales venezolanos durante la última década. Se sabe que en 2018 seis criaturas murieron en San Félix, Estado Bolívar, al caer el fluido eléctrico. Durante el mismo año, tres más fallecieron por el mismo motivo en Valera, Estado Trujillo. No existen cantidades exactas de víctimas mortales neonatales durante el apagón nacional de marzo de 2019, sin embargo la ONG Médicos por la Salud sí que informó de veintiún decesos atribuibles al suceso, de entre ellos cinco bebés en Caracas y Maracaibo. En resumen, entre los años 2019 y 2021 los cortes eléctricos provocaron doscientas treinta y tres muertes, y en el primer semestre de 2022 se notificaron doscientas veinticinco muertes en instalaciones hospitalarias por el mismo motivo. A partir de ese año no podemos encontrar datos fiables, quizá por el exacerbamiento de la represión desde un poder político al que se le puede acusar de negligencia criminal y de utilizar estas calamidades como herramienta de control social. Esto en un esfuerzo por buscar y mostrar casos concretos y cuantificables que puedan ser comprendidos más fácilmente por el público general. Los dramas personales que han afectado a la infancia y a la población general desde la llegada del chavismo al poder en el ocaso del siglo XX son inabarcables en el contexto de la mayor diáspora de la historia de Hispanoamérica: ¡casi ocho millones de desplazados desde el año 1999! O lo que es lo mismo, entre el veinte y el veinticinco por ciento de la población del país caribeño. Haga el siguiente ejercicio mental, imagine que en el periodo de dos décadas unos quince millones de españoles tuvieran que salir huyendo de la miseria, de la inseguridad, de la desesperanza y del terrorismo de Estado. Ahora bien, ¿por qué esta inconmensurable tragedia sufrida por un pueblo hermano no estimula la empatía y la acción solidaria de la izquierda española? La respuesta es tan sencilla como cruel, su emotividad queda inerme porque quienes oprimen a los venezolanos son miembros de su partido y club ideológico; son, en definitiva, de los suyos. Bueno, por eso y porque una travesía en barquito de recreo por el océano Atlántico es más incómoda que una por el mar Mediterráneo... y huérfana de escalas chill-out en Menorca o Creta. Que esta fuera la razón que ha impedido a Pedro Sánchez felicitar por su Nobel de la Paz a María Corina Machado, líder de la oposición a la narcodictadura de Maduro, resultaría igualmente miserable, pero más compresible. Sospecho que su silencio tiene más que ver con la necesidad de chistorras criollas. Las suyas y las de ZPapi.

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