Los reyes del Levante deciden en Asturias
Dos goles de Carlos Álvarez y Etta Eyong decantan la balanza a favor del equipo granota, consiguen otra victoria a domicilio y se imponen a un rival directo como es el Real Oviedo
Con sólidos pasos está construyendo el Levante el camino hacia la permanencia lejos del Ciutat de Valencia. Sí, el estreno en Mendizorrroza se tradujo en ... un cero en el casillero, sin discusión. Menos aún tuvo la visita al Martínez Valero. Sin embargo, durante el mes de septiembre y en la primera prueba de octubre, los pupilos de Calero evidencian una notable mejora y que se ha sabido aprender de los errores cometidos. En Oviedo, con la visita al Tartiere, Carlos Álvarez y Etta Eyong condujeron hacia un nuevo triunfo esperanzador.
Real Oviedo
Aarón Escandell, Lucas Ahijado, Bailly, Carmo, Rahim, Hassan, Dendoncker (Álex Forés, 82'), Colombatto (Ejaira, 72'), Breckalo (Ilyas Chaira, 46'), Reina (Cazorla, 51') y Rondón (Viñas, 51')
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Levante UD
Ryan, Toljan, Dela, Matías Moreno, Manu Sánchez, Carlos Álvarez (Víctor García, 79'), Kervin Arriaga, Vencedor (Pablo Martínez, 65'), Brugui (Oriol Rey, 65'), Iván Romero (Morales, 79') y Etta Eyong (Koyalipou, 85')
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Goles: 0-1: Carlos Álvarez (30'). 0-2: Etta Eyong (71')
Hay ocasiones que el fútbol es más sencillo de lo que lo pintan y tiene códigos universales que tienden a repetirse. Si tiras, tienes más opciones de salir victorioso. Si apenas disparas entre palos, ese porcentaje se reduce al mínimo y no puedes a aspirar a mucho más que un empate si tu rival sigue el mismo camino. Ese respeto, por momentos excesivo, fue lo que se plasmó en casa del Oviedo, al menos en el primer tiempo. El duelo entre recién ascendidos trajo un partido táctico, como si de una partida de ajedrez se tratase. Analizando cada movimiento al milímetro, pero en el que el Levante fue ganando esas pequeñas batallas.
Aparentemente, el Oviedo era quien salió pisando fuerte. El jugar en casa y la necesidad de continuar en línea ascendente, después del impulso anímico tras el triunfo del pasado martes en Mestalla, eran ingredientes sobre los que nutrirse. Pero Ryan encaró el camino de vestuarios con su equipación prácticamente impoluta. Más faena o acciones de mérito fueron las que protagonizaron Dela y Matías Moreno, por segunda semana asentados de inicio en el eje de la defensa. A excepción de dos intentos de Rondón y Breckalo, por encima de palos y desviado hacia el costado izquierdo respectivamente, nada hizo temer por el gol local. No es que el Levante hiciera mucho más, pero al menos cuando pisaba esa zona de tres cuartos, que es dónde tienen que pasar cosas, lo hacía con una mayor clarividencia.
Ahí, cuando el reloj marcaba el minuto 30, apareció el talento y la inteligencia del más listo de una clase, que nuevamente volvió a ser Carlos Álvarez. Una acción de Manu Sánchez desde el costado izquierdo, que llegó a internarse en el área, fue interpretada a la perfección por el ‘MVP’ granota. De primeras, el balón no cayó de las nada a sus botas; el lateral no había terminado de encontrar al compañero que requería al levantar su mirada del suelo, al buscar un aliado. Pero el rechace sí favoreció al ‘24’. El intento por desviar del zaguero ovetense no terminó de ser fructífero y a media altura Carlos Álvarez, con su pierna zurda, empaló un chut infalible. Aarón Escandell, el guardameta de Carcaixent que en este primer tramo de la temporada se ha consagrado como el portero con mayor promedio de paradas en las principales ligas europeas, sólo pudo seguir con la mirada cómo terminaba introduciéndose al fondo de las mallas. En tierra de reyes, fue Carlos Álvarez quien este sábado reinó en el Tartiere.
Ni mucho menos el encuentro estaba visto para sentencia. Esos 45 minutos restantes iban a ser peliagudos, de notable pugna. Sobre todo, de volver a evitar caer en la trampa de jornadas atrás, esa que se ha traducido en la pérdida de muchos puntos en la segunda parte. Si únicamente contaran las primeras partes, el Levante estaría en quinta posición.
Esta vez sí la trágica historia no se repitió para los levantinistas. Si bien por momentos pareció perder el control del medio del campo, aunque Calero supo reaccionar a tiempo para dar más mimbres y consistencia a una zona que parecía ir debilitándose, cuando más sufría el Levante fue el instante en que el pichichi por antonomasia hizo su aparición en escena. A poco menos de veinte minutos para la finalización más el tiempo de añadido, cuando había pasado de puntillas por el partido, Etta Eyong volvió a enfundarse el disfraz de goleador. Ese que tan bien le queda y que, contando el anotado como ‘groguet’, le permite llegar a los cinco goles este curso. El atacante camerunés, que va a estrenar internacionalidad con su selección, tiró de reflejos para seguir una segunda jugada. Oriol Rey había enviado un remate contra la madera, obligando a Aarón Escandell a seguir su rumbo por si este acertaba de pleno con su trayectoria. Rápidamente, Etta Eyong se adelantó a la marca de uno de los defensas y a puerta vacía pudo culminar la acción. El olfato de un ‘9’ se necesita precisamente para este tipo de acciones, aunque al africano le ostenten otras muchas virtudes, como así ha venido demostrando hasta la fecha actual.
Ese 0-2 fue una ración definitiva de tranquilidad. Hizo a su vez que las acciones previas de Carmo a balón parado, dónde Ryan se empleó con mucho mérito, y el zapatazo de Ilyas Chaira estrellado contra el palo quedaran en una mera anécdota. No pudo ser tan anecdótico si alguna de estas se hubiera resuelto satisfactoriamente, pero la realidad fue bien distinta. De la misma manera, también el meta australiano volvió a convertirse en héroe rebasado el minuto 90, con otra acción salvadora ante Viñas. K.O. técnico, también sobre el césped por méritos deportivos, que consagra al Levante para escalar más hacia arriba en la clasificación, dejando atrás el descenso y con la obligación de confirmar esa progresión en casa tras el parón.
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