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Imagen de archivo tomada el 10 de abril de 2000 que muestra a una joven secretaria general de la Unidón Cristianodemócrata (CDU), Angela Merkel (d), junto al entonces presidente del partido, Wolfgang Schäuble (i). Efe
Schäuble se conjura para conseguir un relevo de Merkel a su medida

Schäuble se conjura para conseguir un relevo de Merkel a su medida

El presidente del Bundestag mueve ficha y convierte en favorito a su aliado Friedrich Merz, el hombre al que derrotó la canciller hace diez años

Juan Carlos Barrena

Corresponsal en Berlín (Alemania)

Viernes, 2 de noviembre 2018, 21:17

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No ha sido una decisión espontánea ni individual, sino una operación gestada de forma conspirativa, con antelación y precisión para hacerse con el control de los conservadores germanos. La candidatura de Friedrich Merz, favorito para suceder a la canciller federal, Angela Merkel, en la presidencia de la Unión Cristianodemócrata (CDU), fue preparada minuciosamente y cuenta con un poderoso padrino. El digital alemán 'Spiegel Online' reveló ayer que el exministro de Finanzas y presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, es quien ha movido los hilos para fomentar y patrocinar el retorno de Merz, retirado de la política desde hace una década tras perder su duelo con Merkel por la dirección del partido.

La edición digital del prestigioso semanario afirma que Schäuble llevaba semanas adoctrinando a su amigo Merz para convertirse en el más firme candidato a la sucesión de la todavía presidenta de la CDU con el fin de adelantarse y sorprender incluso a sus más inmediatos rivales en la lucha por el cargo: la secretaria general de la formación y favorita de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, y el hasta hace poco favorito del ala más conservadora de la fuerza política y actual titular de Sanidad, Jens Spahn.

Schäuble, al parecer, aconsejó a Merz tener las cosas claras antes de conocerse los resultados de los comicios regionales celebrados el pasado domingo en el Estado federado de Hesse ante la posibilidad de que Merkel anunciara algún tipo de retirada si eran desfavorables para la CDU. El lunes, en efecto, la canciller federal comunicaba su decisión de no presentarse a la reelección como presidenta de los cristianodemócratas en el congreso de su partido el próximo diciembre tras 18 años como líder de la formación, aunque subrayó que seguirá al frente del Gobierno hasta el final de la lesgislatura en 2021. Merz reaccionó inmediatamente. El mismo día comunicaba su interés por asumir la jefatura de la formación y 24 horas después proclamaba en público su candidatura al liderazgo de los conservadores germanos.

Schäuble supo intuir los pasos de la canciller. El presidente del Parlamento alemán movió sus contactos y facilitó a Merz, líder del grupo parlamentario de la CDU a comienzos del milenio, citas y encuentros con influyentes círculos conservadores en Alemania y Europa para sondear sus posibilidades. El exministro de Finanzas facilitó por ejemplo un encuentro de su protegido con el presidente del Partido Popular Europeo, Joseph Daul, a mediados de octubre. El propio Daul informó poco después sobre su entrevista con Merz a Merkel, por lo que esta supo con antelación de las intenciones de su antiguo rival, aunque hasta ahora haya callado al respecto.

Una reflexión casi secreta

'Spiegel Online' asegura que la canciller solo había abordado hasta entonces la posibilidad de ceder la presidencia de la CDU y el momento oportuno para hacerlo con su confidente, amiga íntima y exministra de Investigación y Ciencia Annette Schavan. La actual embajadora alemana ante el Vaticano y la jefa del Gobierno germano conversaron al parecer ya a mediados de julio pasado sobre esa cuestión.

Quien al parecer ha estado en todo momento desinformada es la secretaria general de la CDU, que asumió el cargo hace pocos meses tras abandonar la jefatura del Gobierno del Estado federado del Sarre alentada por Merkel ante la posibilidad de asumir su sucesión. Annegret Kramp-Karrenbauer no conoció las intenciones de su jefa hasta la mañana del lunes pasado. Jens Spahn se enteró poco después. Ambos sabían desde hace meses que lucharían entre sí para asumir el liderazgo de los conservadores alemanes. Lo que no esperaban es que un tercer interesado, con muchas simpatías y apoyos en el partido pese a su larga ausencia, interviniese en ese duelo y sea capaz de decidirlo finalmente a su favor.

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