El Gobierno chino prohíbe la avaricia, la gula, la lujuria y el golf a los funcionarios
El Paritdo Comunista Chino hace suyos los pecados capitales para evitar las malas prácticas de los trabajadores públicos
J. LUIS ÁLVAREZ
Lunes, 26 de octubre 2015, 21:04
¿Puede haber algo más placentero que cerrar un trato multimillonario durante un partido de golf y rubricarlo tras una comida opípara? Pues en China eso va a ser imposible y más si se trata de un contrato con el Estado. El Partido Comunista ha decidido proscribir la gula, el adulterio o el golf entre sus integrantes, o lo que es lo mismo, los miembros del Gobierno del país. Esta prohibición viene recogida en una orden dictada por el Comité Central, en la que se fijan las obligaciones ineludibles que han de cumplir los 88 millones de militantes, desde los altos cargos hasta el último y más humilde servidor público. Se trata de una iniciativa encardinada en la política contra la corrupción de presidente del país Xi Jinping.
Y es que en el coloso asiático, donde la economía de mercado no termina de entrar, se copian cada día más las peores costumbres y corruptelas del capitalismo. Algunos funcionarios chinos, como los de otras partes del mundo, no dudan en venderse por un puñado de yuanes. Por ello, el Partido Comunista (PCCh) actualiza las restricciones ético-morales para sus miembros, publicadas en 2010. En las calles de aquel país cada vez hay más Ferraris y Rolls, auténticos o made in China -fiel copia de los originales-, proliferan los campos de golf, los restaurantes de lujo donde la especialidad no son los rollitos de primavera o el cerdo agridulce, y las firmas más lujosas del mundo de la moda abren sucursales en las principales urbes.
En un país donde la gente pasa hambre y la natalidad está controlada, los ciudadanos rechazan y se indignan ante las noticias que hablan de funcionarios públicos sorprendidos infraganti en juergas o excesos. De denuncias por cobro de mordidas por contratos millonarios. Por ello, el Partido veta utilizar el cargo para conseguir gabelas particulares, colocar a familiares en puestos de relevancia o como simples funcionarios. Rechaza que se aproveche el cargo para luego, al dejarlo, montar una empresa privada.
A la avaricia y la gula, la circular del Comité Central suma la lujuria. De esta manera, los cohechos con faldas de por medio quedan eliminados al prohibirse las relaciones sexuales "impropias". En concreto, el Partido incide en proscribir a sus miembros "tener amantes y cometer adulterio".
La normativa también prohíbe las "camarillas" dentro del partido. Nada de sectores críticos. Sólo pensamiento único y nada más. Desde que en 2013 Xi Jinping llegó al poder son centenares los cargos públicos, incluso miembros del Partido Comunista, que han sido juzgados, incluso alguno ejecutado, por los abusos cometidos desde su cargo.