Descubren una balsa de riego arqueológica en la huerta de Paterna

Las obras de una carretera entre Paterna y Manises en la zona de la huerta paternera han puesto al descubierto un hallazgo arqueológico, una balsa de posible origen romano o medieval. A falta de las pertinentes investigaciones por parte de los arqueólogos municipales, el investigador local Francisco José Martínez apunta al posible uso de la balsa para el tratamiento del cáñamo, y que se encuentra documentado en la huerta de Paterna desde el siglo XVII en unas escrituras.

Es en la documentación de compra de unos terrenos en la zona cercana a la acequia de Moncada donde se señala la existencia de una balsa, que "seguramente se utilizaba para tratar el cáñamo. Hasta mediados del siglo pasado en Paterna había campos de cáñamo y luego se trataba en balsas para hacer espardeñas y sacos" explica el investigador local Francisco José Martínez.

"Las balsas estaban fuera de la zona habitada por el olor que soltaba el tratamiento del cáñamo, que se dejaba pudrir" explica, además de ser una zona cercana a la fila del Salteri, un ramal de la acequia Moncada donde se cogía el agua.

Según explican desde la FAPEVA, la federación de asociaciones vecinales que han reivindicado inmediatamente el estudio, y en su caso, conservación del descubrimiento, los técnicos municipales se han acercado a la zona para iniciar las pertinentes investigaciones y certificar el hallazgo, que según los primeros indicios, «tenía una capacidad asombrosa de más de 100,000 litros y que se encuentra próxima al Centro de educación medioambiental (CEM) y centro de día Granja Julia» exponen.

«Este hallazgo enfatiza la importancia de valorar y proteger el patrimonio de Paterna. La balsa de más de 100,000 litros es un tesoro arqueológico invaluable que arrojará luz sobre la historia marítima y las actividades comerciales de la época romana en la zona. No es la primera vez que se descubren hallazgos de origen Romano en la huerta de Paterna, un área muy cercana al cauce del río Turia» explican desde la asociación vecinal, para quienes, «es esencial comprender la composición y el estado de la balsa, así como los posibles riesgos que podría enfrentar debido a la exposición al medio ambiente y otros factores externos. Los estudios permitirán a los expertos determinar las mejores técnicas de conservación, incluyendo la estabilización de los materiales, el control de la humedad y la protección contra la erosión».

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