«Pasé casi cinco horas encima de una grúa esperando el rescate»
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El propietario de un bar del polígono Vereda Sur de Beniparrell cuenta somo se refugió de la riada que azotó la zonaada dasí
Beniparrell
Viernes, 6 de noviembre 2020, 19:06
El propietario del Bar Berna, ubicado en el Camí Vereda Sur de Beniparrell, afectado por el desbordamiento del barranco, pasó casi cinco horas encima de una grúa, soportando el agua que caía cubierto con una manta, esperando el rescate. Bernabé Sebastián, se emociona cuando relata lo que sucedió aquella tarde y, no es para menos, porque lo ha perdido casi todo, como el centenar de empresas allí ubicadas. Acababa de hacer una importante inversión para ofrecer el servicio de comidas a domicilio, con el que paliar la bajada de ingresos sufrida en estos meses por la pandemia y ahora “ya no me quedan ni lágrimas”, comentaba.
“Ocurrió de repente, el nivel de agua subió y la camarera, la cocinera y yo tuvimos que empujar la puerta fuerte para poder salir del bar”, explica, “dos minutos más y no hubiéramos podido hacerlo porque el nivel iba subiendo y alcanzó el metro y medio”. “Nos metimos en mi coche y como comenzó a entrar agua nos subimos al techo. Les dije a ellas que se refugiaran en una nave cercana y se fueron para allí a ponerse a salvo en el altillo de las oficinas”, explica.
“Yo caminé como pude por el agua, asegurándome que pisaba donde debía y apartando las cañas que iban flotando, y llegué hasta una grúa que había aparcada. Me subí allí y llamé a emergencias pidiendo ayuda”, relata. El nivel ya llegaba hasta meterse dentro de la cabina del vehículo. "Desde allí vi pasar por lo menos 25 coches que se los llevaba la corriente y un contenedor, fueron momento de miedo, la verdad", apunta.
No obstante, el camión de bomberos no pudo llegar hasta él para rescatarlo y se quedó atascado a unos metros. "Luego llegó otro y oía explosiones como si estuvieran rompiendo el asfalto para que la tierra absorbiera el agua", aunque después de casi cinco horas de espera, "me dijeron que fuera caminando hacia ellos porque era imposible que se acercaran más y con su ayuda me puse a salvo”.
Tras esos momentos de miedo e incertidumbre, Bernabé también destaca la solidaridad que se vivió entre las empresas afectadas, “una de ellas nos dio ropa seca para que nos cambiáramos porque hacía mucho frío y estábamos mojados”. Ahora, se ha quedado con una historia para contar y mucha preocupación por el futuro de su negocio, destrozado por la riada.