Massamagrell zanja la polémica por el nombre de la calle dedicada a Senent y creará una comisión para decidirlo

Un pleno extraordinario con muchos reproches entre los partidos políticos, zanjó la polémica por el cambio de nombre de la avenida Joan Fuster por el del edil popular fallecido, Enrique Senent. El único punto del día era el de crear una comisión, a propuesta del equipo de gobierno socialista, para otorgar el nombre del concejal a un vial o edificio público con el máximo consenso y en la que también participará la familia. La propuesta se aprobó con el apoyo de todos los partidos excepto Vox que se abstuvo.

Fue precisamente su edil, José Carlos Grau quien presentó una moción en el último pleno para sustituir el nombre de Fuster por el de Senent, que contó con el apoyo del PP, Cs y Veïns. Solo Compromís y UP votaron en contra pero la abstención del PSPV propició su aprobación. A partir de entonces se inició una polémica que ha propiciado la aparición de pintadas de simbología fascista en las casas de los concejales populares e incluso de la propia familia de Senent.

Si en algo coincidieron los portavoces de las formaciones fue en acusar a Grau de "crear la polémica" con sus declaraciones en las redes sociales tras sacar adelante su propuesta, y solidarizarse con los representantes que han sufrido los actos vandálicos. El edil de Vox defendió que esta nueva propuesta del ejecutivo socialista era fruto de "presiones al alcalde, Paco Gómez, por parte de la ideología más pronacionalista de su partido" y expuso claramente que su objetivo fue el de cambiar el nombre de "una persona despreciable", en referencia a Joan Fuster, por el de Senent.

La portavoz de Unides Podem, Carmen Gurillo también tuvo palabras para la actitud de los socialistas que calificó de "monumental metida de pata" y recordó que esta "no es la primera vez que el PSPV pacta con Vox", en referencia al nombramiento de su edil como representante en la EMSHI a principios de la legislatura, que después se revocó. Gurillo les recomendó "elegir mejor a sus aliados" y criticó que la moción de Vox "no pretendía dar el nombre a una persona, sino quitárselo a otra".

El representante de Veïns per Massamagrell, Juan Zamorano insistió en denunciar la "treta" de Vox por "desvirtuar una moción que debería de servir como homenaje a Senent por cuestiones ideológicas" y "pensar que en política todo vale". "Nuestra ideología es Massamagrell", concluyó. Por su parte, Jesús Gimeno, portavoz de Cs, propuso "para que estas cosas no vuelvan a suceder que las mociones se debatan en las comisiones antes de ir a pleno".

En cuanto al PP, Miguel Bailach puso el punto ironía señalando que el pleno "parece que sea 'Salvar al soldado Paco'", en referencia al "posible tirón de orejas" por parte del PSPV y echó en cara al edil de Vox de que "no sebe ganar". "La familia está molesta por la polémica política que se ha creado y queremos que con la comisión se trate de forma aséptica", apuntó Bailach.

En el otro extremo, Pep Galarza, por Compromís, calificó a Vox como "el partido de la ultraderecha disfrazado de oveja para luego convertirse en un lobo rancio" y acusó a Grau de "querer quitar una calle al intelectual valenciano más reconocido internacionalmente, después de compararlo con Tejero o Bin Laden". Galarza no se explica cómo los socialistas "no vieron antes al lobo" y "apoyaron, con su abstención que la moción saliera adelante".

Por último el alcalde, Paco Gómez, que está en cuarentena en su domicilio tras haber dado positivo, hizo frente a todas las críticas. Gómez apuntó que "todos hemos apoyado alguna vez una propuesta de Vox", aunque denunció la actitud de Grau, "es una falta de respeto que se presente una moción y que luego se de la vuelta al argumentario". "Es una situación muy grave que nos ha obligado a reconsiderar nuestro voto porque se hizo con intereses partidistas, propio de la política torticera de Vox. Era de justicia convocar este pleno", concluyó.