Dolor, placer y la mejor pataqueta de Valencia

Digan lo que digan los últimos gurús (seguro que aparecerán más ), pasar de alimentarse, a disfrutar mientas comemos, es uno de los mayores placeres ( y más baratos ) que aún nos quedan en esta sociedad cada vez más obsesionada por sufrir aparentado disfrutar. Dicen que pasear es la mejor forma de conocer una ciudad y yo estoy de acuerdo. Pero si además comes codo con codo con sus habitantes es la bomba. Así pues, paseemos y comamos por Valencia junto a sus vecinos.

I. Ciutat Vella. Capas y capas, como las de hojaldre en un milhojas, conforman la Ciutat Vella de Valencia. Es mucho más lo que no se ve que lo que se ve. Escondida bajo tierra está la historia de nuestra ciudad y tras los muros de sus viejas casas, la vida de quienes vivieron antes que nosotros. Hoy la Ciutat Vella no es lo que fue y ya casi nadie viene a vivir aquí. Cuatro 'outsiders' que huyen de quién sabe qué y un puñado de románticos que buscan alivio en el silencio que deja la historia. Son los únicos que recolonizan un barrio herido de muerte; solo la promesa de un turismo depredador, le permite seguir en la UVI.

Llega el viernes, subidón, y la adrenalina sube paralela a la montaña rusa en que se han convertido nuestras vidas. Todavía me queda esquivar los últimos ataques de la puta serpiente que se ha pegado a nuestro culo desde hace ya demasiado tiempo. Llega el sábado y el olor a la nada lo invade todo, un pesimismo embriagador te llena y te empuja a salir de casa y buscar el placer allí donde esté. Todavía está amaneciendo y el solo respirar el aire fresco del alba, aflora tus recuerdos olvidados, esos recuerdos de la buena gente, de amantes furtivos, de botellas interminables y de mesas llenas, muy llenas… Despiertas y vuelves a sentirte, la tocas y la hueles, el placer y la esperanza perfuman la copa que Lola está llenando, como todos los sábados.

Un poco más y ya llega… Ese pequeño trozo de pan en forma de cuerno, relleno de carne, cebolla, queso y mostaza. Hablas con Irene, Virginia, Amparo, Paco…. ves que todo sigue, que ellos siguen ahí, te sientes invencible y capaz de degollar a esa puta serpiente para siempre. Ahora que te encuentro, te recuerdo junto a mi disfrutando de la vida, mirándote a los ojos me arrepiento de no haberte llamado, ahora que te encuentro quiero buscar a los demás y que los cinco juntos podamos volver a esa barra donde fuimos felices. Vamos a empezar poco a poco, desde el principio, con calma, sin prisas. Este paseo que hoy empezamos juntos no conduce a ningún lugar y estará lleno de dolor y placer, de vida, al fin y al cabo. Aquí abajo os apunto el lugar de nuestra primera cita, espero que vengáis todos… Os prometo que no volveréis a ser los mismos.

Sábado 9:00, Mercado Central de Valencia. Central Bar, Pataqueta Ricard Camarena.