Los músicos honran hoy a su patrona

En la Banda Primitiva de Llíria son 21 nuevos músicos los que se incorporarán este sábado a la banda sinfónica. Una cifra muy importante que deja patente la seriedad del trabajo que se lleva a cabo en su escuela de música.

En cambio, en Godelleta retrasan la incorporación de los nuevos músicos a su tradicional Concierto de Fiestas que se celebra en agosto. Este año fueron 14 los nuevos componentes que se incorporaron a la banda grande. Para su presidente, Ángel Gil, «es una cifra muy grande pues somos un pueblo de apenas 3.500 habitantes. En estos días de Santa Cecilia no paramos: pasacalles, paellas, cena de gala, chocolatada para los más pequeños y el concierto que este año corre a cargo de la banda juvenil».

En Rafelbunyol, las celebraciones de Santa Cecilia están teniendo un sabor agridulce, pues su moderna Casa de la Música ha tenido graves inundaciones en los dos pasados temporales. La Acequia Real de Moncada, que pasa paralela al edificio, ha provocado desastrosas entradas de agua por sus sucesivas crecidas. Pese a la adversidad y los daños causados, su presidente Jesús Castellar se reconocía preocupado pero también orgulloso al ver la reacción de los músicos y de los socios: «Han respondido todos, incluso los más jóvenes. Nada más avisar por los grupos de Whatssap, más de 50 personas se dieron cita en la Casa de la Música achicando agua desde las cuatro de la tarde hasta bien pasadas las doce de la noche. Con cubos y dos bombas de achique hemos evitado que los desperfectos fueran aún mayores». Pese a todos estos contratiempos, en 'La Primitiva' de Rafelbunyol no han suspendido actos: el cine, el chocolate para los educandos y sus padres, las audiciones, la misa y los conciertos de la banda y la orquesta se están celebrando con toda la normalidad posible.

Las bandas de la ciudad de Valencia profesan por Santa Cecilia la misma admiración. En el corazón del Canyamelar, el Ateneo Musical del Puerto incorpora a siete nuevos músicos a su banda sinfónica. Siete estudiantes jóvenes y también mayores, que se han formado en su Escuela de Adultos.

Santiago Carles es panadero, tiene 54 años y hoy mismo se examina para acceder a la banda sinfónica. «Han sido seis años buscando tiempo de donde fuera y por mi profesión es especialmente complicado». Gracias a su perseverancia, Carles ha superado todos los obstáculos y hoy ha llegado su gran día pero su incorporación definitiva a la banda sinfónica será el próximo 22 de diciembre. «Mi primer concierto, poder llegar a tocar junto con mis hijos ya músicos» son algunas de las satisfacciones que le ha deparado este camino que lleva ya 6 años recorriendo. «La música es una terapia que aísla de todos los problemas. Si realmente te gusta la música hay que dejarse de prejuicios y luchar por ello».