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Lola Soriano Pons
Valencia
Domingo, 11 de mayo 2025, 10:33
Con una plaza de la Virgen llena hasta la bandera se ha celebrado este domingo por la mañana la Missa d'Infants, presidida por el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent. Durante la madrugada cientos de valencianos llegados de diferentes municipios han peregrinado para vivir la festividad de la Mare de Déu dels Desamparats y coger sitio para disfrutar de una ceremonia solemne, bonita y especialmente emotiva, que se ha centrado en pedir a María que proteja a los que sufren, a los pobres y enfermos, y también a los damnificados por las riadas del 29 de octubre de 2024. Además, en su homilía, el arzobispo ha hecho un llamamiento al diálogo y a la germanor frente a la división y la polarización que rodea a la tragedia.
Benavent ha comenzado su intervención ensalzando la figura del Papa Francisco, recordando cuando se le regaló una Virgen de los Desamparados y recordó que la Virgen cuida de los pobres, que la patrona de Valencia estaba al lado de los que habían sufrido por las riadas.
Lógicamente, Benavent ha tenido palabras para ellos. Muchas y sentidas. «María desea que pongamos en primer lugar en nuestro corazón a todos los que han padecido y están todavía padeciendo». Y ha añadido que espera, «como Madre de todos los buenos valencianos, que estas dificultades -en referencia a la dana- no sean una ocasión para dividirnos más si no para hermanarnos, que se resuelvan desde el respeto y el diálogo».
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También ha hecho referencia a la política internacional. Ha comentado que estamos viviendo el año jubilar que tiene como lema 'Peregrinos de la Esperanza'. Y ha añadido que «quizá tengamos la sensación de que estamos viviendo en un mundo y en un momento que nos pesa más el sentimiento de temor por las circunstancias y en el que nos cuesta encontrar razones para la esperanza». Pero acto seguido ha explicado el cristiano es, sobre todo, sembrador de la propia esperanza.
Entre los asistentes a esta celebración se ha podido ver a alcaldes de los pueblos afectados por la dana y también a los sacerdotes y comunidades cristianas, todos ellos invitados por el arzobispo. «Os habéis unido a la celebración sabiendo que la Mare de Déu os lleva en el corazón«, les ha dicho. »Os pido que le deis gracias por todas las expresiones de solidaridad que habéis visto y que son expresión de lo mejor que hay en el interior del ser humano. Son manifestaciones de su amor por todos vosotros. Vuestra presencia nos trae al corazón los sufrimientos y esperanzas de todos los afectados por esta desgracia, y que hoy se convierten en oración en presencia de la Virgen María«, ha añadido.
«Muchos hermanos nuestros, y todos los valencianos, hemos vivido y estamos viviendo momentos de sufrimiento, especialmente aquellas familias que han perdido a alguno de sus miembros, su trabajo y sus casas, sus proyectos y sus ilusiones. Estos momentos deberían llevarnos a ser auténticos hijos de María y, por tanto, auténticos hermanos de todos», ha añadido en el momento más sentido de la celebración. A continuación ha lanzado su mensaje de fraternidad, como un toque de atención: las víctimas primero, y siempre en el centro.
«Ella desea que pongamos en el primer lugar de nuestro corazón a todos aquellos que más han sufrido y están aún sufriendo, que encuentren en nosotros palabras de consuelo, gestos de amistad, actitudes de comprensión, auténtica solidaridad y generosidad desinteresada», ha pedido Benavent. «María quiere que nos olvidemos de nosotros mismos, que nos hagamos servidores unos de otros por amor, que no utilicemos el sufrimiento y las dificultades en función de otros intereses, por legítimos que sean. Esto es ser solidarios de quienes pasan necesidad», ha enfatizado.
«María espera que la situación que estamos viviendo nos lleve a todos a preguntarnos si todo esto nos ha hecho pensar en los valores sobre los que estamos edificando nuestra vida y nuestra sociedad. Espera, como Madre que es de todos los buenos valencianos, que estas dificultades no sean una ocasión para dividirnos más, sino para hermanarnos más, y que las diferencias se resuelvan desde el respeto y el diálogo. Esa será la alegría de su corazón», ha concluido.
Tampoco han faltado palabras hacia el nuevo Papa León XIV: «A la protección de María lo encomendamos, pidiéndole que cuide de él para que sea, como dijo en sus primeras palabras, un verdadero cristiano con los cristianos y un pastor bueno para el Pueblo de Dios».
Para la celebración se ha estrenado una nueva composición dedicada a los niños y niñas víctimas de la dana, obra de Vicente F. Chuliá Ramiro, director de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Municipal José Iturbi de Valencia, que ha dirigido la parte musical de la Missa d'Infants. Se trata de la composición 'Senyor tin pietat'.
Entre los asistentes se ha podido ver al presidente Carlos Mazón, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y representantes de algunos partidos de Les Corts y Ayuntamiento de Valencia. También han estado presentes el eurodiputado Esteban González Pons, el nuevo jefe de la Policía Local de Valencia, Ángel Albendín, y Berta Peiró (FMV 2025) y Lucía García.
Mazón, que ha llegado a la plaza entre aplausos y acompañado de Catalá, ha sufrido un ligero incidente tras la misa, cuando abandonaba la zona. «¿Qué haces aquí? ¡No tienes derecho!» o «mírame a la cara» han sido algunos de los gritos que un reducidísimo grupo de asistentes le han dedicado. También ha recibido apoyos y besos. «Estem amb tu», le ha dicho una señora mayor.
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