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Los vaivenes del Gobierno y del Consell frustran grandes operaciones empresariales

Los vaivenes del Gobierno y del Consell frustran grandes operaciones empresariales

Los cambios bruscos y la falta de apoyos parlamentarios de Sánchez afectan a la inversión extranjera e impiden planificar

Á. MOHORTE

VALENCIA.

Viernes, 25 de enero 2019, 00:57

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Los despachos valencianos viven hoy muy ceñidos al presente. El anuncio de cambios legales por parte del Gobierno de Pedro Sánchez vía real decreto que finalmente no son respaldado por el Parlamento o los cambios en política fiscal para ganar el favor de socios parlamentarios o de gobierno están resultado un quebradero de cabeza para los profesionales y tiene un impacto directo en las decisiones de los clientes.

Esta situación de inestabilidad, que está yendo en aumento de cara a las elecciones por la voluntad de los distintos partidos de diferenciarse entre sí pese a las alianzas parlamentarias, está teniendo un efecto concreto en inversiones y en la toma de decisiones empresariales. La falta de Presupuesto Generales del Estado o la negativa a ratificar reales decretos como el alquiler por parte de Podemos son ejemplos de esta situación que no refuerza el clima de confianza, especialmente por parte de los extranjeros.

Tomando los datos de inversión extranjera del portal estadístico del Ministerio de Industria, Datainvex, la entrada de capital foráneo en el tercer trimestre de 2018, el último disponible, fue de 99,5 millones de euros, mientras que en el mismo periodo de 2017 la cantidad que llegó a la Comunitat fue de 466,2 millones, un 78,6% más. Aunque los trimestre anteriores ya mostraban unos peores resultados que su equivalente de un año antes, el primero que ha completado el Gobierno de Pedro Sánchez es con una abultada diferencia el peor del ejercicio.

«La situación actual nos está complicado mucho cerrar algunas operaciones», reconoce la socia directora de Uria Menéndez en la Comunitat Valenciana, Elizabeth Torrecillas. «Cuando una operación societaria depende de hacer una reestructuración a futuro, no la podemos planificar», indica.

La profesional señala que el contexto está obligando a plantear medidas con garantías a corto plazo, pero advertir que pueden cambiar «las reglas del juego» en un periodo superior. «Esta situación, frente a un cliente español, te cuesta explicarla, pero lo entiende. Sin embargo, con un cliente extranjero... hay que tener en cuenta la imagen de país que se da. No lo entienden», asegura Torrecillas.

No se trata de un sector en concreto. La situación afecta a operaciones de compraventa de empresas o inversiones de capital nuevo, que en muchas ocasiones pasan por una reestructuración porque hay demasiadas sociedades en el nuevo grupo o varias líneas de negocio y es necesario racionalizarlas. «Si esas operaciones se pueden hacer hoy, podemos planificarla. Sin embargo, todo lo que haya que diferir por cualquier motivo, un plazo de unos seis meses, está sometido a mucha incertidumbre», apunta la responsable del despacho.

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