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Salvador Navarro y Vicente Boluda, en el centro, con Juan Roig al fondo de la imagen, el pasado martes. iván arlandis
Críticas a empresarios valencianos | Los empresarios valencianos responden a Belarra: «Nuestro día a día es una aventura a tumba abierta en la que los logros son tan grandes como las caídas»

Los empresarios valencianos responden a Belarra: «Nuestro día a día es una aventura a tumba abierta en la que los logros son tan grandes como las caídas»

Patronal, empresa familiar, autónomos, mujeres y jóvenes empresarios, además de distintos sectores, rechazan la continua «demonización» de un agente clave en la economía

Isabel Domingo

Valencia

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Domingo, 29 de enero 2023, 01:03

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Malestar pero también hartazgo. Es la sensación que hay entre el empresariado valenciano tras las declaraciones la semana pasada de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, acusando de «capitalitas despiadados» a los empresarios. Una gota más dentro de constantes ataques por parte de Podemos (socio del PSOE en el Gobierno central) -desde Amancio Ortega a Juan Roig- que, como recordaba este viernes la patronal CEOE, en la diana no sólo están los grandes empresarios sino que «cada uno de estos ataques se extiende contra toda la iniciativa privada. Contra trabajadores autónomos, comerciantes y agricultores, pequeñas y medianas empresas y, también, grandes empresas».

En la Comunitat la respuesta ha sido unánime por parte de todos los representantes a los que LAS PROVINCIAS ha solicitado una valoración sobre las declaraciones y, al mismo tiempo, sobre el papel de las empresas en la economía, con excepción de la Cámara de Comercio, cuyo presidente, José Vicente Morata, ha declinado participar.

Como apunta el presidente de Étnor (Ética de los negocios y de las organizaciones), Pedro Coca, «está bien que haya ocurrido este desliz de la ministra porque nos permite abrir una reflexión sobre el papel del empresario y la empresa en la sociedad. Representan generación de empleo y funcionamiento de la economía».

Coca, que también es empresario, remarca que esa visión del empresariado «explotador» corresponde al siglo XIX pues, en la actualidad, el papel ha cambiado: «Hoy la empresa tiene un papel fundamental en la economía de mercado. En el siglo XXI, la empresa genera empleos y riqueza y, además, nos sentimos en la obligación moral de aportar a la sociedad».

En la misma línea, el presidente de la patronal valenciana, la CEV, Salvador Navarro, que lamenta que los empresarios sean «demonizados con excesiva facilidad». Para Navarro, «sin empresas que creen empleo el crecimiento y la realización personal es imposible. Yo no me imagino una sociedad sin trabajadores ni una sin empresarios. Las empresarias y empresarios de esta Comunidad ayudan, contribuyen y se comprometen con la sociedad de la que forman parte, para que sea mejor, para que se viva mejor y para que avance el país. Ponen la capacidad de crear, de innovar, de ayudar de sus empresas, al servicio de los ciudadanos, porque una empresa es parte de la solución a los problemas que tenemos y no parte del problema».

Esa vocación de servicio a las personas y a la sociedad es también puesta de relevancia por la presidenta de CEV Valencia y de EVAP, Eva Blasco. «Hay que tener muy presente que las empresas somos sociedad, generadoras de riqueza y empleo y por tanto beneficia al conjunto de la ciudadanía que haya buenas empresas. Es necesario superar el conflicto entre empresa y sociedad, pues las buenas empresas coadyuvan a crear un mundo mejor», dice

Mientras, la presidenta de los jóvenes empresarios, AJEV, Paz Navarro, pone sobre la mesa los elevados costes de materias primas y energéticos, entre otros aspectos, a los que están haciendo frente los empresarios. «Las empresas no hemos tenido otra opción que adaptarnos, ¿somos todos unos despiadados?», reflexiona.

«Me da pena que pretendan parar los pies a una empresa que mantiene a más de 90.000 familias, que genera el 4% del empleo de nuestro país (entre directo e indirecto), que genera riqueza, que nos da bienestar, que paga cientos de millones de impuestos, que hace donaciones... Todo esto merece reconocimiento y puesta en valor, pero si no se quiere hacer, por lo menos que no pongan palos en las ruedas a los que quieren seguir trabajando», añade la recién elegida presidenta.

«No es concebible el mundo sin la figura del empresario»

pedro coca, presidente de étnor

Para el presidente del Instituto Valenciano de Empresa Familiar (IVEFA), Francisco Vallejo, las declaraciones de la ministra Belarra están «fuera de lugar y están muy desconectadas del mundo empresarial». «Lo primero que tendría que entender es qué es una empresa. Creo que aunque estemos en temporada preelectoral es muy importante no insultar, y me parecen muy irrespetuosas sus declaraciones por respeto a las empresas y también a sus trabajadores, ya que hacer esas manifestaciones sobre el mayor empleador de España, valenciano, en mi opinión es muy desafortunado», comenta.

También ha atendido la llamada de LAS PROVINCIAS Alberto Ara, presidente de los autónomos valencianos (ATA-CV). A su juicio, «el estado del bienestar del que tanto presumimos en España nace del empleo que se crea desde las pequeñas empresas y negocios de autónomos en cada rincón de España al de las grandes empresas». Por ello, «demonizar al empresario es ir contra el propio sistema. Hay muchas cosas que se pueden mejorar en España como para entretenernos en cuestionar cómo se financia el estado del bienestar. Desde las instituciones públicas no se debería minusvalorar a ningún empresario o cualquier otro profesional».

Desde el sector turístico, la secretaria general de Hosbec, Nuria Montes, recuerda que ellos han sido «sufridores en primera línea de la incompetencia, falta de diálogo y ruina empresarial que ha supuesto la ministra Belarra al frente del Imserso con cientos de empresas hoteleras españolas y miles de trabajadores del sector abocados al desempleo por su nefasta gestión. Por ello, sus críticas no tienen ningún valor. Primero que arregle sus propias competencias«.

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En el caso de la logística, la voz la alza el presidente de Propeller Valencia, Alfredo Soler, para quien las palabras de la ministra denotan «desconocimiento y un posicionamiento político perverso en contra del valor del tejido empresarial». Para él, «resulta incómodo tener que recordar permanentemente cuál es el papel de las empresas para una región como la valenciana, pero debería ser suficiente con señalar que, gracias al impulso de la industria y la capacidad exportadora de nuestras empresas, es como hemos conseguido superar algunos de los momentos más críticos que hemos vivido en los últimos años».

«¿Quién protege al empresariado?»

«Si por derechos sociales se considera el derecho a un empleo, salario y a la protección social en casos de jubilación, seguridad social, desempleo o bajas laborales, ¿qué sería de la sociedad sin el soporte de las empresas como generadoras de puestos de trabajo para sustentarlos? Además, es positivo que las leyes protejan a las personas trabajadoras, pero ¿quién protege al empresariado?, se pregunta el presidente de la patronal del metal (Femeval), Vicente Lafuente.

«Nos juzga desde el desconocimiento. Niega evidencias como que nuestro día a día es una aventura a tumba abierta en la que los logros son tan grandes como las caídas; que renunciamos a nuestras familias para sacar adelante los negocios; que hacemos malabares para pagar las nóminas, incluidas las nuestras, y que los impuestos son parte de las peores pesadillas. Por eso nuestra responsabilidad es alzar la voz para defender lo que somos», añade en su reflexión.

Para la presidenta de las empresas del calzado (Avecal), Marián Cano, la ministra Belarra «en vez de buscar la confrontación con los empresarios e intentar culpabilizar intencionadamente al empresariado de todo lo que pasa, debería preocuparse más por promover acciones desde el Gobierno que garanticen el bienestar social de nuestra población y combatan el escenario inflacionistas en el que estamos inmersos».

Y desde el sector agroalimentario, el secretario general de Fedacova, Sergio Barona, vuelve de nuevo al contexto internacional al que se enfrentan las empresas: «Una inflación desbocada con un incremento de los costes energéticos y de las materias primas ha llevado a la industria agroalimentaria a reducir drásticamente sus márgenes para no trasladar a los consumidores dichas subidas». Y, añade, «el sector empresarial español, sigue trabajando para conseguir la recuperación y el progreso de la economía española».

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