Los cítricos turcos disparan las alarmas sanitarias en Europa
Intercitrus denuncia la «pasividad» de la UE ante los productos tratados con pesticidas no autorizados, que duplican a los del 2020
A la delicada situación en la que se encuentra el sector citrícola valenciano por la entrada masiva de importaciones procedentes de países terceros, ... hay que añadir la problemática fitosanitaria sobre la que se ha ido alertando en los últimos meses por parte de distintas organizaciones. Ayer fue la Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) la que volvió a dar el toque al denunciar que las alarmas sanitarias en lo que va de año se han disparado.
En concreto, desde enero hasta el 27 de octubre, los cítricos de Turquía acumularon 181 notificaciones, 16,4 veces más que las registradas en todo 2019 -cuando se registraron 11- y mucho más del doble que las de 2020 -que alcanzaron las 75-, según los datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la UE.
En todos los casos se trata de partidas en las que se acreditó la presencia de pesticidas por encima del Límite Máximo de Residuos (LMR) o bien en las que se detectaron otros plaguicidas no autorizados por la Unión Europea (UE) por su toxicidad para el ser humano e impacto medioambiental.
Según Intercitrus, estos datos reflejan «la alarmante pérdida de crédito» en materia de seguridad alimentaria que está sufriendo la Unión Europea por su «pasividad» ante las reiteradas alertas sanitarias con las importaciones de cítricos turcos.
Así describe la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu, lo que viene aconteciendo este año con las cifras oficiales del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la UE (RASFF), que acredita niveles de incumplimientos en esta materia «sin precedentes».
Turquía y Egipto acaparan el 90,4% del conjunto de alertas del RASFF registradas por tales motivos -226 de las 250- en el periodo citado. «Y el problema más veces repetido es con el grupo de insecticidas cuya retirada ha causado mayor impacto en la producción española de cítricos, los de la familia del clorpirifos: hasta un 66% de las alertas se refieren a lotes en los que se detectó la presencia de alguna de estas sustancias prohibidas en la UE», explican desde la organización.
Según señalan, se trata de los insecticidas que los citricultores españoles usaban para combatir un amplio espectro de plagas y los que, concretamente, eran claves para mantener controlado el llamado 'Cotonet de Sudáfrica'. Un grupo de fitosanitarios que dejaron de usarse después de que la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) confirmase que eran una «amenaza potencial para la salud de los consumidores» y que «ahora la Unión Europea está consintiendo que sigan aplicándose a la fruta de Turquía y Egipto», advierten desde la interprofesional. Cabe recordar que la semana pasada la organización denunció que el sector se encuentra «al límite» por el almacenamiento que están realizando otros países europeos de los cítricos de fuera del continente, en detrimento de la campaña valenciana.
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