Algemesí se convierte en la segunda casa de los trenes fabricados en Valencia
La zona industrial de la localidad aglutina una red de empresas que genera cerca de 400 empleos gracias a las sinergias con la multinacional suiza Stadler
Kike Cervera
Valencia
Miércoles, 15 de octubre 2025, 00:10
Apenas cinco años después de su fundación, la compañía valenciana Caleblas se ha convertido en el epicentro de un nuevo ecosistema industrial en la Ribera. ... En torno a su planta de Algemesí, donde hoy trabajan más de 100 personas, ha florecido una red de empresas auxiliares que ya supera los 36.500 metros cuadrados de superficie industrial y que genera entre 300 y 400 empleos directos e indirectos. Una realidad que pocos habrían imaginado en 2020, cuando la compañía echó a andar en pleno confinamiento mundial.
Desde entonces, Caleblas ha crecido a un ritmo sostenido hasta superar los 4 millones de euros de facturación anual. Y es que su especialidad, el tratamiento y pintado de grandes piezas metálicas, la ha convertido en un aliado esencial de Stadler, la multinacional suiza que fabrica trenes en su planta de Albuixech.
«Fundar Caleblas en medio de una pandemia fue un desafío, pero también una oportunidad para demostrar desde el primer día nuestra capacidad de adaptación y resiliencia», recuerda su fundador y CEO, Jesús Blasco. «El transporte estaba paralizado, pero ya habíamos detectado una necesidad concreta: la falta de soluciones especializadas en pintura líquida de alta resistencia. Si bien la crisis nos obligó a frenar, también nos dio tiempo para afianzar el plan de negocio y preparar las instalaciones. Esa dificultad marcó nuestro carácter y nos enseñó a ser más ágiles».
En las instalaciones de Caleblas, de casi 15.000 m², se pintan buena parte de los coches de pasajeros producidos para los mercados internacionales. El proceso combina varias fases técnicas, desde el granallado (una limpieza por impacto con microesferas metálicas que elimina impurezas y prepara la superficie) hasta el acabado (donde se aplica la pintura de alta resistencia que da color y durabilidad a los trenes), pasando por la imprimación (protege el metal contra la corrosión).
Una de sus tres naves, de 10.000 m², fue inaugurada hace un año y cofinanciada por Stadler con una inversión de 4,5 millones de euros. En ella trabajan actualmente entre 50 y 60 personas, la mitad de la plantilla total. «La instalación estaba lista en 2024, pero las consecuencias de la dana sobre los proveedores de Stadler retrasaron su plena actividad hasta este año», explican desde la compañía.
Trenes con pintura valenciana rumbo a Alemania y Austria
El crecimiento de Caleblas está ligado directamente al megaproyecto de 4.000 millones de euros para la construcción de 504 tranvías en la planta de Stadler en Albuixech dirigidos a un consorcio de seis operadores alemanes y austriacos. «Este contrato exigía aumentar la capacidad de producción y ahí entramos nosotros», apunta el CEO. La firma valenciana trabaja codo con codo con la multinacional suiza en los procesos superficiales de los convoyes destinados a Europa Central, pero también participa en proyectos de la compañía para Nueva Zelanda, Suiza o Taiwán.
Además, el impulso de Caleblas ha actuado como tractor para otras empresas de la comarca. «Nuestra llegada y el proceso de pintura que desarrollamos atrajeron a otros proveedores relacionados con el montaje de trenes», señalan desde la compañía. Y es que hoy, en el polígono industrial algemesinense de Cotes operan tres compañías adicionales vinculadas al suministro ferroviario, sumando más de 36.500 m² de superficie productiva y consolidando la Ribera como nodo estratégico en la cadena de suministro ferroviario.
Tecnología, sostenibilidad y trabajo local
La compañía ha desarrollado junto a Stadler un sistema de producción optimizado para agrupar y pintar grandes lotes de piezas pequeñas, reduciendo costes y residuos peligrosos. «Fragmentar la producción eleva el consumo de pintura y genera más desechos, algo incompatible con los objetivos ESG que exige la industria ferroviaria», explica Blasco.
Caleblas aplica un sistema integrado de gestión que garantiza la calidad, la seguridad laboral y el respeto ambiental. Sus procesos permiten obtener superficies de alta durabilidad y resistencia, al tiempo que cumplen con las normativas europeas más exigentes. «Nuestros clientes tienen la tranquilidad de que sus proyectos cumplen los estándares técnicos y de sostenibilidad», afirma el empresario.
Además de su colaboración con Stadler, la empresa amplía su cartera en sectores como la defensa, la logística y la industria pesada, trabajando ya con clientes como Grupo Alonso, Bull Box o Alapont Logistics.
Una industria que echa raíces
Más allá de los datos, el caso de Caleblas simboliza el renacimiento industrial de la comarca. Lo que comenzó como una pyme especializada en pintura metálica es hoy una pieza clave del engranaje ferroviario europeo, con perspectivas de seguir creciendo y diversificando su actividad.
«Somos una empresa consolidada y en constante crecimiento», resume Blasco. «Nuestra misión es seguir generando empleo y tejido industrial en la Comunitat Valenciana, demostrando que desde lugares como Algemesí también se puede competir al más alto nivel tecnológico y productivo».
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