Tres finales y vuelta a la normalidad

El viernes finalizará el Trofeu de l'Arròs del trinquet de Sueca, el sábado se bajará el telón en el Torneig Mancomunitats de raspall y el domingo se decidirá el título del Trofeu Diputació de València de frontón. Con la conclusión de los tres torneos también se pondrá fin a dos meses de intensa actividad en la pilota profesional. Y es que tras la reactivación del deporte de la vaqueta han sido diez los eventos que se han completado en un intervalo de ocho semanas.

La vuelta tuvo lugar el 3 de julio en raspall y el día siguiente en escala i corda. Fue entonces cuando se retomaron las ligas profesionales, que en el primer caso se había interrumpido en la penúltima jornada de la fase regular y en el segundo a falta de completar cinco jornadas. Después, en cada competición, se jugaron las semifinales y las finales.

Posteriormente llegó el Trofeu Generalitat Valenciana en ambas modalidades con un formato de cuartos de finales, semifinales y final, sistema que también se ha utilizado en los trofeos de las diputaciones de Alicante y Castellón. Amén de un torneo corto en el trinquet de la Pobla de Vallbona. Cabe señalar que cada campeonato completado supone un ingreso económico muy necesario para mantener intactos los sueldos de los 24 jugadores contratados por la Fundació. Del mismo modo, cada pilotari sin ficha que ha participado en alguno de los torneos ha tenido la correspondiente remuneración y un contrato de trabajo eventual.

Ubicar tantas partidas ha resultado una tarea harto complicada para Tino Bendicho, director técnico de la Fundació, ente que gestiona el ámbito profesional. «Ha sido una locura completar este puzle porque la mayoría han sido torneos de eliminatorias y estabas a expensas de ver qué pasaba en uno para configurar el siguiente», explica.

Además había que confeccionar el calendario teniendo en cuenta que los pilotaris venían de tres meses sin competir. «No podíamos programarles tres partidas por semana porque había riesgo de lesionarse. Lo habitual ha sido disponer de dos o tres días de descanso entre cada partida. También se ha dado el caso de descansar un día, pero ha sido en muy pocas ocasiones, y la excepción de jugar dos días seguidos por coincidencia de trofeos. Esto último les ha sucedido una vez a Félix, Raúl y De la Vega y los tres me hicieron saber que era un esfuerzo asumible», comenta Tino Bendicho.

A los jugadores más utilizados se les ha concedido pequeños períodos de descanso de entre cinco y nueve días correspondientes a sus vacaciones. «Así hemos alcanzado los números óptimos que nos habíamos planteado de partidas jugadas en un mismo mes. En agosto, el que más ha jugado ha sido Genovés II con 10 partidas porque lo ganaba todo y pasaba de una final a otra. Por detrás están Sanchis, Puchol II y Pere Roc II con 9 partidas y Jesús, Canari, Marrahí e Ian con 8», expone Tino Bendicho.

«El nivel que han ofrecido los pelotaris ha sido espectacular y eso que han sido unos meses de julio y agosto muy calurosos y sobre todo húmedos», dice Bendicho. «Con el inicio de las copas, la próxima semana, se recuperará la carga de una partida por semana. A lo sumo dos si juegan alguna del día a día», señala. Y, si la pandemia lo permite, este ritmo se mantendrá hasta que concluya el año con la disputa de los campeonatos individuales, los torneos de Mestres y algún trofeo de formato reducido.