Las protestas de los futbolistas favorecen la suspensión del partido en Miami
Valencia y Levante secundaron los 15 segundos sin competir al inicio de sus encuentros y la productora de LaLiga confirma que no se jugará debido a la «incertidumbre generada»
Llevarse un partido de LaLiga fuera del territorio español no entraba dentro de la lógica ni ética deportiva. Era en su justa medida un acto en que se desvirtuaba la competición, al no competir todos en igualdad de condiciones y en beneficio de unos pocos, en este caso con intereses económicos. Prácticamente desde el primer momento el Villarreal - Barcelona que se pretendía llevar a Miami estuvo en el foco de la polémica y no contó con el visto bueno de prácticamente ninguno de los clubes españoles. Anoche se confirmó la suspensión.
Uno de los detonantes ha venido desencadenado este fin de semana. A razón de las protestas llevadas a cabo en todos los encuentros de Primera División, con un parón de quince segundos donde no se iba a competir justo tras el pitido inicial, ha acentuado el problema. Los intentos de LaLiga por intentar esconder las imágenes del plantón de los futbolistas a través de la realización televisiva o los mensajes de apoyo a la paz que justo en ese momento comentaban los narradores obviando lo que tenían ante sus ojos, no ha hecho más que enfatizar esta compleja situación que rebasó fronteras, nunca mejor dicho.
Los equipos valencianos secundaron dicha protesta. Primero fue el Levante UD, cuando en la jornada dominical en el Ciutat de Valencia ante el Rayo Vallecano los jugadores permanecieron parados y el público aplaudió tal acción, entrelazado con algún cántico de «Tebas vete ya». En la noche del lunes en Mendizorroza se repitió el mismo protocolo en la cita futbolera del Valencia CF y con una afición del Alavés especialmente crítica, que también mostró su descontento ante la costumbre de jugar los lunes, en jornada laboral.
De esta forma, justo en mitad de la disputa del Villarreal - Manchester City de Champions League, LaLiga emitía el comunicado oficial donde se conocía la suspensión del futuro encuentro en Miami tras la decisión de la productora que debía llevar a cabo la retransmisión. «LALIGA informa de que, tras conversaciones con la promotora del Partido Oficial de LALIGA en Miami, esta ha comunicado su decisión de cancelar la organización del evento debido a la incertidumbre generada en España durante las últimas semanas», citaban las primeras líneas. A su vez, el organismo de la competición lamentaba no jugar al considera que era «una oportunidad histórica e inigualable para la internacionalización del fútbol español», aludió. En esta ocasión, el altavoz de los jugadores con sus señas reivindicativas y la de su público, a la postre consumidor del producto, ganó esta particular batalla.