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Los atletas de élite toman la salida en el medio maratón de Valencia. manuel molines
Valencia se rinde al influjo de Jepkosgei

Valencia se rinde al influjo de Jepkosgei

La keniana bate el récord del mundo de medio maratón | Abraham Cheroben cumple el pronóstico en categoría masculina en una cita que finalizan 12.281 corredores, una cifra sin precedentes

TONI CALERO

Lunes, 23 de octubre 2017, 00:09

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Joyciline Jepkosgei está fundida. Los élite suelen llegar a meta de puntillas y dejando una extraña sensación: después de 21 kilómetros volando por el asfalto, parece que se les haya olvidado andar. Muchos extienden los brazos esperando ayuda, otros, más fuertes, permiten el abrazo de un rival, de un miembro de la organización, de un camarada que en la carrera se ha dejado el alma para llevarle a meta lo más rápido posible. A la aparentemente frágil Jepkosgei no se le da la más mínima opción. El electrónico ha hablado: 1:04:51. Récord del mundo. La organización 'olvida' la fatiga de la atleta. Hay mucho que celebrar. Van apareciendo grupis, el primero Paco Borao, para dar un sentido abrazo a la keniana mientras los técnicos comprueban la veracidad de la plusmarca. Y sí. Joyciline Jepkosgei se ha hecho eterna en Valencia. Nadie nunca ha corrido como ella el medio maratón.

Los rostros de los responsables de Correcaminos, del primero al último, son de incredulidad. Todo son manos chocando y la lluvia de atletas que empieza a arreciar con el paso de los minutos pasa a un segundo plano. Jepkosgei acapara la atención en el Medio Maratón Trinidad Alfonso EDP. El de la Etiqueta Oro de la IAAF. Uno en el que la humedad es un factor a tener muy en cuenta. Esta vez no ha sido suficiente para tumbar el sueño -sólo era eso, nada más y nada menos que eso- del récord mundial en suelo valenciano. Pudo ser Abraham Cheroben, vencedor masculino, pero las mujeres gobernaron la prueba y la plusmarca redondeó la fiesta.

Entre podios, celebraciones y asimilar la situación, Jepkosgei tardó un mundo en cumplir con el control antidopaje. Cuando lo hizo se plantó ante los medios de comunicación y no fue tibia: «Estoy dispuesta a volver a rebajar el récord del mundo». Su proeza fue la guinda del medio maratón valenciano, la antesala de los 42 kilómetros del 19 de noviembre y el mejor banco de pruebas para el Mundial de marzo de esos 21.097 metros. La fiebre por las carreras hizo mella en la ciudad y a cada cita se van echando puertas abajo. De participantes, de tiempos, de corredores que consiguen cubrir la distancia...

Fue la carrera de las mujeres: desde Jepkosgei hasta Trihas pasando por Chus Sáez

Ayer la organización dio el número de 'finishers' en esta 27º edición: 12.281, récord del medio maratón en Valencia. Una carrera que se movió principalmente por la zona marítima, capaz de congregar a muchísimo público aún salvando las distancias con el Maratón y su jugosa alfombra azul en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El número de corredores extranjeros sube año tras año; también el de los populares que día tras día bajan al río para ir arañando segundos o por el simple gusto de correr. Correcaminos, apoyado la Fundación Trinidad Alfonso, ha dado con la tecla.

Moen y cuatro en 59 minutos

En la primera de las tres salidas del medio maratón, el '1' era Abraham Cheroben -Baréin, aunque nacido en Kenia-, el máximo favorito y uno de esos atletas que elevan la cita de Valencia. El '1' no se permite demasiado respiro y manda en la prueba. El récord del mundo está muy lejos (58:23), y a Cheroben le queda, que no es poco, cumplir el pronóstico. Romper el primero la cinta. En el último 2.000 consigue Cheroben unos metros de ventaja. Aprieta y gana, pero no consigue ser el más rápido de siempre en Valencia.

Con Cheroben (59:11), aparecen cerca Leul Aleme, 59:18, Tsadik Haftu (59:22) y Sondre Moen, un noruego supersónico que también baja de la hora (59:48) y deja sin palabras a la organización. Moen es el último de los 14.000 inscritos que recorre la distancia en menos de sesenta minutos. Una locura. Los 'valencianos' Hassane Ahouchar y Ouais Zitane hacen top-20. El primero con 1:03:38 y el segundo para el reloj en 1:04:01. El decimonoveno es Camilo Raúl Santiago (1:04:27).

A las once de la mañana, dos horas después del pistoletazo de salida, el sol golpea con fuerza justo cuando entra el grueso de participantes. Aún falta bastante para que lo haga Chus Sáez a ritmo de 'Pájaros de barro', la inolvidable canción de Manolo García. Probablemente Chus haya hecho un trecho caminando, pero eso no importa. Chus está en el medio maratón porque iba a correrlo con su marido, Blas Gámez, el subinspector de policía asesinado en Ruzafa durante un acto de servicio. Como había ocurrido con Jepkosgei, el público se encoge con la llegada de Chus. De otro modo. Muchos conteniendo las lágrimas ante la escena: familia y amigos de Blas entrando juntos. Llorando, señalando al cielo. Nadie puede desviar la mirada del epicentro de meta.

Fue por ella, por la keniata, por Gebre Trihas -récord español de medio maratón con una hora, nueve minutos y cincuenta y siete segundos- o Marta Esteban, mínima para el Mundial, una prueba global gobernada esta vez por las mujeres.

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