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Albert Ribera, en las oficinas del Servicio Arqueológico Municipal. damián torres
«Volvemos a tener hasta goteras»

«Volvemos a tener hasta goteras»

Albert Ribera, director del Museo Arqueológico de la Almoina de Valencia, asegura que las piezas retiradas de la exposición no volverán a ser colocadas hasta que mejoren las condiciones del recinto municipal

PACO MORENO

Viernes, 14 de diciembre 2018, 00:47

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«Las goteras están empezando a revivir, volvemos a tenerlas». El director del Museo Arqueológico de la Almoina, Albert Ribera, advirtió ayer de la aparición cada vez más creciente de filtraciones de agua en el recinto situado en el subsuelo a espaldas de la Basílica de la Virgen y que enseña los restos de la ciudad fundacional de Valencia. Se trata de uno de las deficiencias evidentes que se reproduce cada año, tanto por el agua de lluvia como por el caudal que entre por la lámina acristalada que domina la plaza.

Este museo municipal ha saltado a la actualidad de nuevo por la decisión de retirar varias piezas de época romana y visigoda, trasladadas a un depósito municipal, debido a las malas condiciones de humedad y temperatura en las que se encontraban en las vitrinas. «No volverán hasta que mejoren las condiciones del museo», dijo tajante.

Pero las goteras son un enemigo igual de peligroso. Ribera diferencia las que se deben a los problemas derivados de la lámina de agua de las filtraciones detectadas en la parte sur del recinto, la parte próxima de la catedral. En el primer caso, las últimas reparaciones se realizaron a principios de 2015, cuando se sustituyó la silicona que sirve para unir las placas de cristal.

El director del museo apuntó que ese material tiene un periodo de caducidad de «unos cuatro o cinco años», por lo que estimó que dentro de poco tiempo tendrá que realizarse la misma operación. Las filtraciones ocurridas en 2013 obligaron a vaciar de agua la lámina y a colocar lona protectora que evitar el aumento de calor en el museo, que provocó hasta desmayos.

La filtraciones de la parte sur fueron investigadas tanto por los técnicos municipales como por el Instituto Valenciano de Restauración y un departamento de la Universitat Politècnica. «Cuando se detectó que no funcionaba (el control de temperatura y humedad), se hicieron estudios y mediciones, demostraron que eso no funcionaba».

De todo ese trabajo existe un anteproyecto coordinado por la dirección del museo y que persigue contrarrestar las entradas de humedad. Eso fue el año pasado, meses antes de que la concejalía de Patrimonio y Recursos Culturales, gestionada por la edil Glòria Tello, encargara por contrato menor (a dedo) un diagnóstico de la climatización y las filtraciones a la empresa Leing S.L., con un importe de 15.306 euros.

Como publicó ayer LAS PROVINCIAS, Ribera desconocía la contratación de Daniel Nebot (16.335 euros también por contrato menor), para que entregue un nuevo proyecto museográfico. Igual ocurre con esta segunda firma, donde el director del museo señaló que «se entiende que nos llamarán para coordinar algún tipo de trabajo, han pasado semanas y no sabemos nada».

Ribera insistió en que el sistema que debía mantener la temperatura estable «no funciona. Las goteras empezaron este año, se arreglaron dos en su momento, pero esto es un proceso que siempre está», señaló sobre las dos deficiencias.

«Se nota más cuando llueve», dijo en referencia a las filtraciones en la parte sur del recinto. Sobre la lámina de agua, indicó que el proyecto original, hace 15 años, era que toda la plaza fuera acristalada. Finalmente, por una cuestión de mantenimiento se redujo la superficie, aunque el problema ha sido la caducidad de la silicona que sujeta las placas de cristal, donde el próximo año «tocará cambiarlas».

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