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Zona de las tumbas monumentales, donde ya han sido retirados los restos óseos. lp
L'Almoina ya avisó en 2013 de la insalubridad del sótano del museo

L'Almoina ya avisó en 2013 de la insalubridad del sótano del museo

El director del centro se pregunta por qué decidió el Ayuntamiento volver a cobrar entrada tras la retirada de varias piezas metálicas y óseas

Á. S.

VALENCIA.

Miércoles, 12 de diciembre 2018, 00:47

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Un informe elaborado en 2013 por el arquitecto municipal, Albert Ribera, alertaba ya del museo de l'Almoina en términos muy duros: «El funcionario que suscribe, pues, en las cambiantes condiciones actuales de humedad y temperatura, no se puede hacer responsable de la salubridad del sótano arqueológico para acoger visitas y manifiesta su honda preocupación por la integridad a corto plazo de los objetos arqueológicos, especialmente los de carácter óseo y metálico». La inacción del actual Consistorio, que es consciente de que la situación en el museo no ha cambiado («las condiciones son horribles, terroríficas», dijo ayer Ribera), ha obligado a la dirección de la instalación a retirar restos óseos de épocas romana y visigoda, así como varias piezas metálicas, entre ellas abalorios, que ya no están visibles al público en la sección de tumbas monumentales.

Se da la circunstancia, en cualquier caso, de que el Ayuntamiento decidió el pasado viernes empezar a cobrar de nuevo la entrada, después de no hacerlo durante una temporada por el mal estado de los audiovisuales. Esta decisión choca sobre todo sabiendo que llega tres días después de que los técnicos del museo retiraran las piezas ya comentadas. «Las quitamos el martes, el miércoles lo dijimos al Ayuntamiento y el viernes volvieron a cobrar. No entendemos por qué», dijo ayer Ribera a preguntas de este diario.

El arqueólogo municipal y director del Museu de l'Almoina envió un informe a la concejalía de Cultura en febrero de este año, en el que se alertaba de que iba a haber que retirar determinadas piezas si no mejoraban las condiciones del sótano, con filtraciones constantes de la lámina de agua colocada en la plaza e incluso en episodios de lluvia intensa. En ese informe, Ribera indicaba la necesidad de hacer obras de urgencia para eliminar los focos de humedad, reparar filtraciones para eliminar las goteras y preparar un programa, anual como mínimo, de limpiezas especial en las zonas no accesibles a la limpieza cotidiana, siempre con supervisión arqueológica. El director del museo insistía en el citado informe en la necesidad de implantar «un estricto sistema de seguimiento y control de las condiciones de humedad y temperatura para evitar el deterioro de los restos arqueológicos y asegurar su conservación futura».

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