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Las verdades de Toni Cantó

Pablo Salazar

Valencia

Jueves, 19 de octubre 2017, 10:53

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Lourdes Ciuró, la diputada independentista del PDeCAT cuya gran aportación a la historia de la democracia y del parlamentarismo consiste en haber dirigido un vulgar e infantil corte de mangas a un rival político (el valenciano Toni Cantó), nació en Reus en 1971. Está por tanto a mitad de camino entre las generaciones del final del franquismo (los nacidos en los sesenta) y las que ya vieron la luz con la Constitución del 78 y el Estatuto catalán aprobados y en vigor. Su formación escolar y posteriormente la universitaria tuvo lugar, en gran parte, ya con Jordi Pujol en la presidencia de la Generalitat. Y como es sabido, el expresident impuso desde el principio una inmersión lingüística en los colegios que ahora, más de treinta años después, empieza a dar sus frutos. A los nacionalistas /separatistas (en realidad, todos lo son, unos más radicales y otros menos, pero su intención última es que sus regiones acaben constituyéndose como estados propios) les molesta que los que no están por romper España les digan a la cara verdades incontestables. Por eso, su reacción es el soez corte de mangas, el insulto o la amenaza. Y por más que aseguren que los colegios catalanes no son escuelas de odio, hay algo que no pueden discutir: a todas las generaciones nacidas a partir de 1980 no se les ha enseñado a amar o al menos respetar lo común -España- sino únicamente lo específico -Cataluña-. La clase política y los medios de comunicación (tanto los públicos como los privados subvencionados) han hecho el resto, es decir, situar lo español como enemigo de lo catalán («Espanya ens roba»). De ahí al odio sólo hay un paso.

Toni Cantó no ha dicho nada que no piense una mayoría de los españoles: que fue un error traspasar a las comunidades autónomas la educación y que el nacionalismo separatista se ha aprovechado hábilmente de la dejación de funciones del Estado para poco a poco ir imponiendo su ideología excluyente a los niños en los colegios, con la inestimable colaboración de un cuerpo de profesores en los que la izquierda ultranacionalista ha impuesto su ley. La batasunización de una parte importante de la en otros tiempos tranquila y sensata sociedad catalana puede encontrar una explicación en más de tres décadas de adoctrinamiento ideológico e identitario. Les molesta que se ponga al descubierto su estrategia manipuladora pero se van a tener que ir acostumbrando. El conflicto catalán ha servido para que muchos pierdan el miedo a decir en voz alta lo que piensan y que antes se guardaban no sea que se molestaran los nacionalistas. Las verdades de Toni Cantó son las de muchos españoles hartos de años de concesiones vergonzantes a unos políticos separatistas que luchan por dinamitar la unidad de España.

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