Esa ley no escrita del toreo como es la de premiar al valiente que haya derramado su sangre en la arena frente al toro, la ... empresa de Las Ventas -comandada por los flamantes empresarios de Valencia, Rafael García Garrido y Simón Casas- se la han saltado olímpicamente con el valenciano Román, en una actitud que se puede tildar tanto de lacerante desconsideración como de flagrante afrenta. Error de bulto.
Román, lo recordarán los aficionados, en el San Isidro antes de la pandemia, el 9 de junio, fue herido de gravedad extrema por un toro de Baltasar Ibán cuando entró a matar en corto y por derecho. Antes había cuajado una gran tarde ante un lote de Adolfo Martín en el mismo escenario. El chaval se empeñó en cubrir la sustitución de Emilio de Justo, y a la empresa de Madrid que entonces lo apoderaba, le vino muy bien el gesto del rebelde e impulsivo coletudo.
Ahora han salido a la luz los carteles de la ya clásica Feria de Otoño en Las Ventas. Si la pandemia lo permite, se espera que sea el abono de la recuperación para tan estratégico palenque y también para la propia fiesta. Se anuncian seis corridas de toros con ganaderías como las de Victorino y Adolfo Martín, Garcigrande, Jandilla, Alcurrucén o Santiago Domecq. Y dieciséis puestos para otros tantos espadas, y en semejante baraja, sin querer quitar mérito a ninguno de los que están anunciados, cabe preguntarse si no ha habido un puesto para quien quiso reafirmarse como un valor en alza sin valorar lo que sí era obligación de haberlo hecho quienes lo administraban.
A ese olvido final se suma el agravio de haberle puesto la miel en los labios al ser preguntado el propio torero si aceptaba torear con Paco Ureña y Daniel Luque los 'adolfos'. Según hemos podido saber de fuentes próximas al torero, la respuesta fue afirmativa al instante. Quedaron en confirmárselo. Y la respuesta ha sido el silencio. Chusca manera de tratar a quien se conduce con ingenua honestidad.
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