Requena, la vendimia

Aunque este año no manará con alegría en ninguna fuente, ni se escucharán rondallas hasta el alba, sería imperdonable no recordar la celebración de la fiesta de la vendimia requenense, la más antigua de España.

Fue declarada de interés turístico en 1967, como exaltación al cultivo de la vid en las llanuras y los cerros de Requena, cuando el otoño enciende y dora el paisaje valenciano alejado del mar.

Sin embargo, ahora es el tiempo de visitar el Museo Municipal de Requena (permanece abierto), que se halla en el Convento de Carmen. Fundado en el siglo XIII, mantiene la serenidad y belleza del claustro, con los muros pintados en pálidos tonos azules, amarillos y ocres. Fiel al proyecto museográfico del cronista Fermín Pardo y a la campaña que se lanzó para sensibilizar la participación ciudadana, se puede afirmar que se nos devuelve al pasado en la panorámica ofrecida sobre «la viña y la bodega en el campo de Requena-Utiel».

La producción de la comarca se estudió a lo largo de un siglo, y la sección de la vid, ornamentada con lagares, barriles y maquinaria antigua y actual, resulta tan interesante como las colecciones agrupadas bajo el apartado «De la vivienda y lo doméstico», de modo que los muebles y detalles ambientales responden a un planteamiento estético y nada artificioso. Dirigido el museo por A. Jesús María Romero, y con el asesoramiento de la indumentarista María Victoria Liceras, resulta bellísima la serie de trajes propios de la comarca y los de ceremonia y novia.

Como anécdota la muñeca con la reproducción del segundo traje de boda de María Mercedes, segunda esposa del rey Alfonso XII: seda azul pastel y encaje, polisón y larga cola. Son completos los paneles que hablan de un ayer y donde no faltan las salas con 1400 botellas, etiquetas, refranes, exvotos de pintura «naif» y capilla devocional en la que se depositaban limosnas en el hogar.